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Mandela y De Klerk se sientan a negociar

Los principales líderes de Suráfrica, Fredenk de Klerk y Nelson Mandela -que representan, respectivamente, a la minoría blanca en el poder y a la oposición negra, mayoritaria-, comenzaron ayer una histórica ronda de conversaciones para normalizar la vida política y ciudadana en un país desestabilizado por el apartheid y los enfrentamientos civiles. Por primera vez en 30 años, el Gobierno de Pretoria y el Congreso Nacional Africano (ANC) se enfrentan, desarmados, en una mesa de negociaciones con el objetivo de lograr el necesario entendimiento.

El presidente de Klerk encabeza la delegación gubernamental y Nelson Mandela el equipo de 11 miembros del ANC. El líder negro, que el próximo 3 de julio viaja a Londres para entrevistarse con Margaret Thatcher, declaró poco antes de comenzar la primera reunión que el sistema de segregación racial toca a su fin.Durante los tres días de conversaciones, que tendrán una agenda abierta, se tratarán los problemás importantes que impiden una convivencia pacífica en la nación africana, algunos de los cuales pueden quedar solucionados. No serán abordados, sin embargo, cambios constitucionales.

La víspera de las conversaciones, que se desarrollan en Groote Schuur, magníficaresidencia de los anteriores primeros ministros surafricanos, portavoces del Congreso Nacional Africano indicaron, en una declaración que fue interpretada como un gesto conciliador, que la continuidad de la lucha armada podría ser incluida en la mesa de negociaciones.

Eliminar obstáculos

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Sin embargo, se ha insistido por ambas partes en que la ronda iniciada ayer tiene como principal objetivo eliminar los obstáculos existentes para posibilitar otras negociaciones más ambiciosas que culminen en la desaparición definitiva del apartheid y posibiliten la redacción de una nueva Constitución.

Viljoen, ministro para Asuntos Constitucionales, y Nelson Mandela coincidieron en destacar que un aspecto esencial de los tres días de discuciones es la recuperación de la confianza mutua después de décadas de desconfianza y miedo. Fuentes próximas a la histórica reunión indicaron que existen grandes posibilidades de conseguir que se establezca el nuevo calendario negociador.

Un asunto prioritario para la delegación del ANC es la negativa del Gobierno a levantar el estado de emergencia en el pais , mientras que De Klerk insistirá para ello en la necesidad de que el Congreso Nacional Africano renuncie a la violencia como arma política.

El ANC busca asimismo una oferta oficial, no descartada por el Gobierno, para que el regreso de los exilados, muchos de los cuales temen volver por miedo a su inmediato encarcelamiento, se produzca sin represalias, así como la liberación de los presos políticos.

Según las fuentes mencionadas, la conforrnidad del ANC en debatir la continuidad de la lucha armada puede ser una maniobra negociadora para predisponer al equipo del presidente De Klerk en favor del levantamiento del estado de emergencia.

Lucha armada

La lucha armada del ANC estos meses últimos ha sido más teórica que violenta, en lo que parece constituir el inicio de una postura más flexible de lo que siempre presentó el Congreso Nacional Africano como innegociable. No parece probable, sin embargo, que Mandela avance mucho en su propuesta si el presidente De Klerk no muestra una disposición claramente dispuesta a suspender el estado de emergencia.

De Klek y Mandela negocian sus diferencias con la oposición de grupos de extrema derecha blancos, cada vez más hostiles y un sector negro radical que rompió con el ANC hace 40 años.

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