Tres jueces para muchas naves
El sumario de los barcos alcanza un considerable volumen físico, hasta el punto de que resulta difícil buscarle acomodo entre los estantes del Juzgado de Instrucción de Mondoñedo. Y ello se debe en cierta manera, según opiniones recogidas entre juristas próximos al caso, a la labor del juez que inició las diligencias en noviembre de 1986, Carlos Fuentes Caldelas, hoy magistrado de la Audiencía Provincial de Lugo.Durante los 13 meses que estuvo al frente de las investigacíones evacuaba consultas; casi diariamente con la Unidad de Servicios Especiales, al tiempo que el presunto fraude crecía y extendía sus ramificaciones por todo el litoral español. Carlos Fuentes llegó a declarar el secreto sumarial y solicitó del presidente de la Audiencia Territorial, de La Coruña José de Cora, el nombramiento de un juez especial, gestión que no llegó a fructificar.
La especificidad de la materia objeto de investigación, el elevado número de presuntos implicados y la dispersión geográfica de los mismos son factores que justificaron la petición.
El traslado de Fuentes al juzgado de Carballo, provincia de La Coruña, en noviembre de 1987, dejó el sumario en manos de Ignacio Javier Rafóls Pérez, en la actualidad titular del Juzgado de Instrucción del número 3 de Gijón. Este juez recuerda que eran muchos los barcos investigados, "barcos concretos y no astilleros".
Desde marzo de 1989 instruye diligencias el juez Luis Pérez Merino. Los tres jueces que han actuado en el sumario de los barcos estiman que un asunto como éste puede empantanar un juzgado pequeño como el de Mondoñedo.
Tres jueces distintos y tres años y medio de investigaciones que se traducen en un sumario monumental, que encuentra difícil acomodo entre las estanterías del juzgado de Mondoñedo.
