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El presidente mexicano anuncia por sorpresa la privatización de la banca

El presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, envió ayer al Congreso un proyecto de ley que modificará la propiedad de los bancos estatales mexicanos mediante un régimen de propiedad mixta. El proyecto, que ha sido acogido con sorpresa en los medios financieros, establece que "el Estado se propone no ser el accionista mayoritario de todas y cada una de las instituciones bancarias, aunque conservará una participación en la banca comercial y fortalecerá aquellas instituciones orientadas al fomento de actividades prioritarias concretas".

El Estado mexicano controla la propiedad de las 18 entidades baricarlas existentes, frente a las 764 que había antes de la nacionalización. De ellas sobresalen Banamex (25,4% de la actividad financiera azteca), Bancomer (23,14%), Serfin (12,9%) Comermex (6,9%) y Somex (5,1%). La banca fue nacionalizada en 1982 por el entonces presidente, José López Portillo, a causa de la devaluación del peso, la alta inflación y la fuga de capitales.Aunque ya desde octubre de 1989 el Gobierno de Salinas de Gortari había anunciado medidas desregulatorias de la banca, la decisión de privatizarla fue acogida ayer con sorpresa en los medios internacionales.

La nota difundida ayer explica que la iniciativa de reforma constitucional se debe a la impostergable necesidad de concentrar la atención del Estado en el cumplimiento de sus compromisos básicos: dar respuesta a las necesidades de la población y elevar su bienestar social".

La nota señala que con la liberalización de los recursos que se obtengan de la enajenación de la participación estatal en la banca podrá fortalecerse la estabilidad económica del país y las perspectivas de desarrollo a largo plazo. Estos recursos permitirán seguir reduciendo el déficit fiscal y la carga de la deuda interna, así como consolidar la recuperación.

El proyecto de ley sobre la privatización parcial de la banca deberá ser aprobado por las dos terceras partes de las Cámaras de Senadores y Diputados. "La razón esencial de la propuesta", sigue explicando el breve comunicado, "es que los mexicanos no podemos admitir un Estado tan propietario, con tan considerables recursos invertidos en la banca, en un país con tantas carencias y necesidades y con urgencias sociales básicas".

"Durante los ocho años en que la banca ha sido propiedad del Estado, muchos países han procedido a reformarla para convertirla en mixta, como ahora se propone para México; incluso países con Gobiernos socialistas, como Francia, ya lo han hecho y otros se disponen a ello, como los de Europa del Este", ha precisado el presidente Salinas de Gortari.

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México ampliará el acceso de la iniciativa privada al sector bancario

Viene de la primera páginaLa nota presidenel al finaliza afirmando "el propósito de ampliar el acceso y mejorar la calidad de los servicios de banca y credito en beneficio colectivo, evitando subsidios, privilegios y abusos". Precisamente, los analistas mexicanos subrayaron ayer la impoirtancia de este anuncio, que supondrá el final del sistema de control para la creación de nuevos bancos y, por consiguiente, el acceso del capital privado a este tipo de iniciativas.

Esta posibilidad estaba cerrada desde el 1 de septiembre de 1982, tras el anuncio de nacionalización de la banca privada mexicana por el entonces presidente José López Portillo. Gobierno y oposición consideraron entonces la medida adoptada por el presidente como un hecho tan importante como lo fue la nacionalización del petróleo, decidida en 1938 por el general Lázaro Cárdenas.

La incorporación de la banca al sector público evitó su quiebra y fue recibida con alivio por los sectores financieros internacionales. La nacionalización del sistema bancario privado mexicano afectó a unos 25 bancos privados y a otras 35 instituciones en los que el capital privado se mezclaba con el público.

Activos totales

En total, el activo total de estas instituciones era de unos 1.816 millones de dólares, con una relación de cien pesos por dólar. Las entidades financieras nacionalizadas tenían 4.373 sucursales, unos 14.000 empleados, dos millones de titulares de cuentas corrientes, 25 millones de cuentas de ahorros y 4,5 millones de certificados a plazo fijo.

En diciembre del mismo año, tras su toma de posesión, el nuevo presidente Miguel de la Madrid anunció una serie de medidas legislativas por las que se permitiría la participación privada en los bancos. Aunque el Estado no renunciaba al control de los bancos -reservándose para ello, al menos, el 5 1 % de las acciones de cada sociedad- daría una participación minoritaria en el capital a empresarios, sindicatos y organizaciones campesinas.

Durante su mandato y desde el inicio de la campaña electoral de 1988, Carlos Salinas de Gortari ha dado prioridad a su programa económico ya que México arrastraba el pago de la deuda exterior (más de 101.000 millones de dólares en 1988) y un costoso sector público en el que, según un informe de la Cámara Nacional de Industria de la Transformación de Junio 1988, 4.000 empresas públicas amenazaban con suspensión de pagos. Su programa representa una nueva estrategla de desarrollo que torna como motor principal la iniciatlva privada "sin caer en la irresponsabilidad neoliberal" y en repetidas ocasiones ha asegurado que el Estado sólo se quedará, con las empresas que la Constitución considera prioritarias: petróleo, electricidad, uranio y ferrocarriles.

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