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MUERTE DE LA 'DIVINA'

Greta Garbo: "No me escondo, huyo del sol"'

La actriz sueca concedió una entrevista tres días antes de su fallecimiento

La muerte de Greta Garbo ha conmovido al mundo. Una leyenda viva de este siglo, creadora -dijo Federico Fellini- de "una religión llamada cine", se fue de la vida tal como estuvo en ella sus últimos 50 años: envuelta en misterio. Ofrecemos la síntesis de una entrevista con la actriz hecha tres días antes de su muerte por un escritor sueco, que tuvo acceso a esta enigmática mujer, que en su agonía abrió así una grieta en la muralla con que protegió su soledad, una soledad que buscó en 1941, cuando tenía a la humanidad a sus pies. Es un documento de especie rara que EL PAÍS publicará íntegramente. Su Suecia natal llora su ausencia.

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Greta Garbo habló, tres días antes de su muerte, con su amigo el periodista sueco Sven Broman. Fue su última y, desde hace muchos años, única entrevista, tal vez la única reflexión amplia sobre su vida que odio la actriz sueca a lo largo de su existencia.En esta entrevista, que publica hoy íntegramente el diario Expressen de Estocolmo, la que fue Mujer de las dos caras y que murió en Nueva York la madrugada del lunes en la reclusión más absoluta, habla de por qué escapó del mundo durante tantos años. No admitía su timidez, negaba que se pusiera gafas de sol y un sombrero de paja de estilo italiano para pasar desapercibida y que la gente no la reconociera: "Hay quien piensa que huyo, que me quiero esconder. Están equivocados: lo que me ocurre es que no soporto el sol". A las puertas de la muerte, no temía morir y dijo: "Quiero vivir, amo la vida y quiero seguir viviendo".

Greta Garbo fue, aunque lo negase, una mujer tímida y se escurrió siempre cle los periodistas. Esta única excepción la hizo con un amigo, Bronian, un conocido periodista sueco retirado desde hace unos años. Se conocieron en 1985, durante unas vacaciones que disfrutaron en la locafidad suiza de Kloster, donde ella solía pasar los veranos para capar del calor de Nueva York "y de los acondicionadores de aire que detesto", dijo la actriz.

'La vida es irreal'

Broman y su esposa se hicieron cada vez más amigos de Greta Garbo, a pesar de que ella desconfiaba de los periodistas. En realidad llegaron a convertirse en Su único lazo con Suecia, su país natal, al que no volvió durante las últimas décadas. Desde que esa amistad se hizo sólida, el matrimonio y la divina no dejaron de hablar, en Suiza, en Nueva York o por teléfono.

En la última conversación Greta Garbo habla de la realidad como de algo muy lejano a ella: "Me siento mareada. La vida alrededor me parece irreal; no la siento como algo verdadero, tangible. Me da la impresión de que me estoy muriendo poco a poco".

Broman cuenta en la entrevista que Greta Garbo no tenía serios problemas de salud hasta hace poco tiempo. Comenzaron en 1987, cuando se cayó frente a su casa de Nueva York y se rompió la pierna izquierda, que tuvo durante mucho tiempo escayolada y mas tarde vendada. Como consecuencia de ello comenzó a padecer algunos problemas circulatorios. Le hicieron advertencias severas, pero no hizo caso de los consejos del médico: "Todos los médicos me piden que deje de fumar. Pero no puedo: soy demasiado vieja".

Greta Garbo tuvo también dificultades renales, lo que le oblígaba a tener un verdadero arsenal de botellas de agua en su hotel de Kloster. Pero nunca hablaba de sus quebrantos, cuenta Broman. Tampoco le gustaba hablar de sí misma, aunque admitía: "He cometido una tontería no viviendo de manera distinta mi vida. Piense, por ejemplo, que no me he casado. La cosa más hermosa que conozco es una pareja que pasea junta, apoyándose uno en el otro".

Con buen humor, la anciana actriz añadió: "Ningún hombre ha querido acompañarme al altar. ¡Gracias a Dios!". Y añadió entre carcajadas: "Nadie quiso jamás llevarme al altar: yo no sabía cocinar".

Esto no era exacto: en 1987, Greta Garbo ofreció una cena muy delicada a los Broman en su casa de Nueva York, un lugar al que muy poca gente tuvo acceso y que Greta cubrió con un anonimato curioso: el nombre de una tal señora Harriet Brown, nombre con el que camuflaba su verdadera identidad en su hogar de Manhattan.

Este resumen de la entrevista de Broman con Greta Garbo es una cortesía del diario sueco Expressen. La versión integra será publicada próximamente por EL PAÍS.

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