Noticias de Opinión | Edición Impresa 07-02-1990

Opinión

Editoriales

Neutralidad alemana

LAS DECLARACIONES de Gorbachov aceptando la unificación de las dos Alemanias y el proyecto presentado después por el primer ministro de la República Democrática Alemana (RDA), Hans Modrow, para...

El reducto del CIS

LOS SOCIALISTAS parecen dispuestos a abrir algún portillo en el hermético reducto gubernativo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), señalado una y otra vez como uno de sus más...

Portugal y España

LA REUNIÓN celebrada la semana pasada en Sevilla por los primeros ministros de Portugal y España tiene el excelente sabor de lo que empieza a ser corriente y familiar. Nada espectacular ha salido,...

Tribunas

La autorización arcaica

Basilio Baltasar es editor y periodista.

Otros artículos

Una asistencia selectiva

Uno de los temas que sin duda ha de suscitar cierta discusión en tomo a la presente edición de Arco es el anuncio de la toma de ciertas medidas destinadas a lograr una asistencia de público menos...

Galería de galerías

Rosina Gómez-Baeza es directora de Arco.

Crédito especializado y mercado único

JULIO RODRIGUEZ LÓPEZ y JOSÉ Mª SALCEDO GENER

Julio Rodríguez López y José María Salcedo Gener son presidente y subdirector jefe de la Asesoría Jurídica del Banco Hipotecario de España, respectivamente.

A pesar de la tendencia general hacia la banca universal, las instituciones de crédito especializadas, como las dedicadas a la financiación hipotecaria a largo plazo, pueden todavía, según los autores, desempeñar un papel significativo dentro de los respectivos sistemas crediticios. En este sentido, defienden la aprobación de una directiva adicional relativa a las instituciones de crédito hipotecario, que favorecería el logro del mercado único para este tipo de entidades.

La ley del corto plazo

Rafael Vidal

La rápida retirada de beneficios ha confirmado las dudas que esta reacción técnica había provocado entre los habituales de los mercados de valores. Ya a lo largo de la mañana se produjeron...

El mayor de los males

Londres,

El asunto de Versos satánicos ha sido exageradamente explotado por algunos grupos desde el interior de la comunidad musulmana británica en la búsqueda de liderazgo y predominio, a veces...

Seis

Se han puesto los puristas del cronómetro como erizos porque George Bush ha dedicado a Jordi Pujol tan sólo seis minutos de su tiempo. Para empezar, seis minutos presidenciales son tela...

Cartas

Juan Guerra, en el ojo del volcán

Juan Antonio Asenjo Rufo. Perdone, doña Gabriela (véase EL PAÍS de 3 de enero de 1990), la desmedida atención que durante los últimos días se está prestando al llamado caso Juan Guerra. Perdone el interés del "vulgo" ante tamaña nimiedad, y discúlpelo por no hacer caso de otros problemas que, como el desempleo o el terrorismo, la pobreza o la sanidad, parecen ajenos a él.Cierto es lo que usted dice: cientos, miles de personas habrán aprovechado su posición para, mediante "feroz explotación" amasar fortunas y privilegios. De derechas y de izquierdas. Y parece ser que nunca ha pasado nada. ¿Por qué iba a pasar algo ahora? ¿Verdad?Pues mire usted, ni antes ni ahora está justificada dicha actitud. Y piense que el interés suscitado en los "más ruines sentimientos de millones de personas" no es sino la respuesta ante el asombro que produce pensar en 100 años de honradez. Y si a usted le parece una "anécdota", corre el riesgo de restar años a tan venerable logro. No es cierto lo que usted dice: entre los ricos o nuevos ricos del país los habrá de todo tipo. Un mínimo de coherencia lógica hace deducir que ni todas las empresas que ganan dinero lo consiguen exclusivamente a costa de martirizar al trabajador ni todas las que lo pierden lo hacen como consecuencia de una mala gestión empresarial. Repito, habrá de todo. Tanto en una como en otra ideología. No monopolice virtudes o defectos en ninguna tendencia, porque, por fortuna, la honradez no es monopolio de un partido, y los "espabilados" abundan en todas las ideologías. La moral colectiva no tiene por qué excluir la apetencia por el dinero necesario. Los límites de la moralidad no se miden por el precio de un coche, créame, sino más bien por la más o me nos dudosa forma de conseguir su pago. En cualquier caso, me alegra comprobar que está usted por encima de la dudosa moralidad colectiva, al no compartir el afán por el dinero o los coches caros.Seamos razonables y dejemos que triunfe la verdad. Ahora y en adelante. Caiga quien caiga. Piense que los resentimientos a poco o nada conducen y duerma tranquila: seguramente, como antes, tampoco pasará nada.- Fernando José Martín. | Madrid.