_
_
_
_
_
REGATA VUELTA AL MUNDO

Javier de la Gándara: " Ha sido una etapa muy excitante"

Javier de la Gándara, de 30 años, patrón del Fortuna en la segunda etapa de la regata Vuelta al Mundo, considera que el trayecto entre Punta del Este (Uruguay) y Fremantle (Australia) "ha sido muy excitante por su desarrollo, la tensión y el estrés acumulado a lo largo de 24 días". De la Gándara, nacido en Vigo, es el responsable directo de que el Fortuna haya batido tres veces el récord de velocidad en 24 horas de la Vuelta al Mundo.Gándara, en conversación telefónica mantenida con EL PAÍS desde el hotel Esplanade de Fremantle, explicó: "Ha sido un etapa muy dura, inolvidable. Cuando estás 24 horas planeando sobre las olas, con vientos de 30 y 40 nudos, soportando el frío y la humedad que no puedes despegarte del cuerpo, piensas que no vas a durar más de dos días en esta situación extrema. Es una sensación que no se puede explicar, hay que vivirla".

Para Gándara, el hecho de haber batido tres veces el récord del mundo de velocidad, establecido ahora en 396 millas en 24 horas, significa que el Fortuna es capaz de situarse entre los cinco primeros al final de la regata: "El noveno lugar en esta segunda etapa no refleja el terrible esfuerzo de la tripulación".

Gándara explicó la desesperación de la tripulación cuando, tras haber alcanzado el liderato de la flota, se encontraron inmersos en una zona sin viento, a tan sólo cuatro días de la meta. "Se trataba de una zona de altas presiones, donde no existía ni gota de viento" comentó Gándara. "Nuestro maxi está diseñado para volar con fuertes vientos y en esos días llegamos a desmoralizarnos. Fueron los días más duros. Era desesperante ver como el velero no andaba ni una milla. El penúltimo día sólo pudimos recorrer 35 millas en 12 horas, distancia que hubiéramos recorrido en sólo una hora si hubiese soplado algo de viento".

El momento más trágico vivido por la tripulación del maxi español fue cuando Jordi Doménech cayó a las frías aguas del Indico Sur. "En el subconsciente", agregó el copatrón, "pensamos que no lo recuperaríamos. La temperatura era sólo de un grado sobre cero y sabíamos que, en esas condiciones, un hombre no dura más de cinco minutos vivo Fue una sensación muy cruda, terrible".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_