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Un comandante retuvo a punta de pistola a cinco consejeros del Poder Judicial

José Alfonso Pérez Olagüe, de 51 años, comandante del Ejército de Tierra con destino civil en la fiscalía de Valencia, mantuvo ayer intimidados a punta de pistola, durante casi un cuarto de hora, a los cinco miembros de la comisión permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Pérez Olagüe, que vestía de paisano, utilizó este procedimiento para interesarse por una denuncia contra un juez que el Consejo había archivado. Los consejeros lograron calmar al comandante y dar tiempo para que pudiera ser detenido por la Guardia Civil, que le condujo al Juzgado de Guardia. El juez ordenó su ingreso en el hospital psiquiátrico penitenciario, acusado de un delito de amenazas a altos organismos del Estado y tenencia de explosivos.El suceso se inició hacia las 10.45 horas. Pérez Olagüe se presentó en la sede del CGPJ en Madrid con objeto de ver al presidente del Consejo, Antonio Hernández Gil. Al exhibir su carnet profesional militar, le fue franqueada la entrada por los guardias civiles, quienes no le cachearon. [La Dirección General de la Guardia Civil suspendió ayer en sus funciones a los agentes que custodiaban el edificio, informa Efe].

El comandante se dirigió a la planta quinta, donde no se encontraba el presidente, pero sí la comision permanente del Consejo, presidida por el vicepresidente, Manuel Peris. Además de Peris, se hallaban presentes los vocales Pablo Beltrán de Heredia, Pablo García Manzano, Juan José Martínez Zato y Roberto García Calvo, todos ellos asistidos por el secretario general Juan Ignacio Pérez Alférez, la jefa de personal María Teresa Fernández de la Vega y el facultativo José Martínez Lasierra. Ante la ausencia del presidente, Pérez Olagüe expresó su deseo de entrar a la reunión y cuando intentó impedírselo una funcionaria, sacó una pistola y cruzó la puerta.

Según testigos presenciales, Pérez Olagüe tenía la pistola dirigida hacia el suelo cuando entró en la sala, pero a continuación encañonó a los presentes durante varios minutos, al tiempo que pedía cuentas del archivo de una denuncia contra el juez José Martínez Fernández, actual magistrado de la Audiencia de Valencia. La denuncia, que hacía referencia a un pleito civil de menor cuantía, fue formulada el 6 abril de 1987 y archivada el 27 del mismo mes.

Las incidencias sobre su denuncia sirvieron a los consejeros para tratar de relajar al comandante, a quien propusieron examinar el expediente. Con este pretexto, salieron de la sala García Calvo y Fernández de la Vega, quienes encontraron ante la puerta al comisario de policía y varios guardias civiles, alertados por la funcionaria.

Mientras tanto, el ambiente se distendió, hasta el punto de que Pérez Olagüe solicitó permiso para guardar la pistola, que Peris se apresuró a conceder. Poco después le invitaron a esperar en una sala contigua, para estudiar su caso. Cuando se encontraba en dicha sala, el comisario le redujo. Una vez detenido, los guardias civiles le registraron y le en contraron una segunda pistola escondida en una pierna, pero no varias granadas que le fueron halladas en el juzgado de guardia.

Un secretario judicial aclaró que el militar portaba en el momento en que amenazó a los magistrados "tres o cuatro granadas". Otras fuentes afirmaron que eran cinco las granadas.

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