_
_
_
_
_

Los extranjeros del Real Madrid pasaron casi inadvertidos

Real Madrid 96 - Estudiantes 85

El Madrid se presentó ayer en su vieja pista con dos extranjeros nuevos, americanos y negros ambos, como es costumbre, y ganó sin problemas al rival que seguramente más le odia. El experimento sólo sirvió para demostrar que Estudiantes no tiene recursos para oponer a los hermanos Martín debajo de los tableros y que tanto Mike Anderson como Ben McDonald tendrán que pedir permiso a Llorente, Villalobos o Cargol para que les dejen jugar un rato. El peor juego del Madrid, ayer, coincidió con la presencia de los dos nuevos americanos en la pista.Así las cosas, el Estudiantes hizo una buena primera mitad, contagiando con su ritmo loco al Madrid, mientras Karl trataba de explicar con gestos a sus jugadores que prestaran atención a la defensa. El partido se acabó en cuanto éstos le entendieron. El Madrid cerró aún más el rebote, vigiló de cerca a Herreros y se fue tranquilamente en el marcador. Tan sólo Winslow y Azofra sostuvieron una guerra de guerrillas que impidió que la diferencia final fuera de escándalo. Mientras, nadie reparaba en McDonald, y Anderson se dejó sólo sentir por los gritos de la demencia, que aprovechó que llevaba el número cinco para corear sus intervenciones con un grito de guerra sacado de los archivos: "Sí, sí, sí me mola Petrovic."

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_