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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La imposible viudedad

Al igual que otros colegas de generación, Jonathan Demme hace bandera de su talento para mezclar estilos y géneros, sintiéndose heredero de un ya rico pasado cinematográfico que puede utilizar sin necesidad de proclamarse descenciente directo de escuela alguna. Al cine para teenagers de los Spielberg o Lucas, al pesimismo adulto del breve período anterior -el de los Altman, Rafelson o Bogdanovich-, les está sucediendo el cine manierista, en apariencia frívolo y en realidad muy desencantado, de los hermanos Coen, de David Lynch, Jarmush o Jonathan Demme. Buñuel aparece dándose la mano con J. R., Dalí como coautor de dibujos animados y Berg hermanado a Doris Day. Baste con recordar películas como Blue velvet o Something wild para comprender el uso libérrimo que estos cineastas hacen de la tradición cultural, buscando la complicidad del espectador y ahorrándole engolamiento y fórmulas, sabedores de que las historias y las convenciones están cansadas, que el uso abusivo que se ha hecho de ellas las ha privado de credibilidad y que basta con citarlas para que el archivo-memoria de cada uno nos permita comprender desde qué punto de vista se nos está hablando.

Casada con todos

Director: Jonathan Demme. Intérpretes: Michelle Keiffer, Matthew Modíne, Dean Stockwell, Alee Baldwin, Nancy Travis y Mercedes Ruehl. Guión: Barry Strugatz y Mark R. Burns. Fotografía: Tak Fujimoto. Música: David Byrne. Estadounidense, 1988. Título original. Married to the mob. Estreno en cines Fuencarral, Torre de Madrid .

Peripecias

En Casada con todos, la protagonista, una hermosa y cambiante Michelle Pfeiffer, vive una peripecia muy semejante a la de la película misma. Si al principio es la esposa de un mafloso y vive en un contexto de agobiante italianidad, cuando se queda viuda todos sus esfuerzos van encaminados hacia lograr la libertad, entendida ésta como el escapar de cualquier grupo, estilo u obligación. Ángela no quiere ser alguien asimilado a un cliché, está harta de sentir el peso de la denominación de origen, de estar casada y no poder disfrutar de su recíente viudedad.Pero el destino es cruel, y la inocente Ángela no lo es a los ojos de otros personajes que sí se sienten a gusto con su etiqueta. Para el FBI ella es italiana, devoradora de pasta sciutta y mafiosa. Y el hombre que la seduce lo hace engañándola, simulando no saber nada de su pasado ni exponiéndole su trabajo en el FBI. Casada con todos es una comedia, pero sin final feliz. Se diferencia de Something wild porque es mucho más paródica. La elección misma de los actores -Pfeiffer, pero también Matthew Modine- está planteada a la contra' para subrayar la vertiente grotesca del equívoco. Y esto funciona en el caso de ella o en el del magnífico Dean Stockwell, pero mucho menos con Modine, que resulta risible.

Probablemente lo mejor de Casada con todos sean los créditos del final, que muestran secuencias o gags a los que ha renunclado el filme y que son, involuntariamente, prueba de la arbitrariedad de las opciones de Demme, que puede sustituir una secuencia por otra sin que pase nada. Es un cine ingenioso, divertido a veces, que capta y expone el detalle con gran rapidez -estupenda descripción de cada decorado, por ejemplo-, testimonio de su época aunque sólo sea por su nervioso carácter de obra de transición, que se ríe de las grandes palabras y se toma en serio los pequeños detalles de la cotidianidad.

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