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Gestiber compra el 81% de Boetticher, que estaba en manos de sus directivos

Gestiber, la compañía gestora que preside Jorge Larrumbide, ha adquirido el paquete mayoritario de Boetticher y Navarro, que hasta ahora estaba en poder del propio equipo directivo de la empresa. La operación, suscrita el pasado viernes, fue presentada ayer mismo al comité de empresa.Boetticher y Navarro fue adquirida en febrero de 1987 por los ejecutivos de la compañía en una operación de management buy out, que fue interpretada como una especie de último cartucho para escapar de la liquidación. La operación se materializó a través de la firma Arroyo Cifuentes (Arcisa), sociedad participada por cinco directivos de Boetticher, encabezados por Gabriel Peña Aranda, quienes compraron el 81 % de la empresa a sus antiguos propietarios, la familia Erhardt.

Pocos meses antes, en septiembre de 1986, Boetticher había presentado suspensión de pagos, con un pasivo exigible de casi 5.000 millones. Dos años antes, en julio de 1984, la empresa había vendido al grupo Thyssen por 900 millones de pesetas su división de elevadores que, a la postre, fue la que dio nombre a la empresa. A partir de entonces, la antigua compañía, fundada en 1904 y cuyo capital fue controlado mayoritariamente por el INI hasta 1973, concentró sus actividades en la industria de bienes de equipo, dentro de un mercado en franca recesión debido a la crisis estructural de este sector. La evolución de la cifra de negocios demuestra las dificultades de la empresa, que en 1986 facturó 3.112 millones y este año espera unas ventas de 1.500 millones. La plantilla pasé en este mismo período de 400 a 259 trabajadores.

Tres alternativas

La entrada de Gestiber constituye ahora un hito decisivo para el destino de Boetticher, una vez que la empresa acaba de levantar la mencionada suspensión de pagos, con un convenio de acreedores publicado en el BOE el pasado día 28 de noviembre y en el que se establecen tres alternativas para la refinanciación de la deuda. La primera pasa por la aplicación de una quita del 65%, la segunda reduce la quita al 50% y establece una moratoria de cinco años para el reembolso de los pagos, mientras que la tercera se concreta en el escalonamiento de reembolsos a lo largo de 12 años con cinco de carencia. No se descarta la posibilidad de que el nuevo equipo gestor de Boetticher tenga que renegociar con los bancos acreedores de la empresa algunas de estas condiciones como requisito previo para garantizar la viabilidad de Boetticher.

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