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Alexander King

Andrés Ortega

Está a punto de cumplir 80 años, casi coincidiendo con el 20º aniversario del Club de Roma, que ayudó a fundar junto a Aurelio Peccei. Alexander King, escocés, fisico-químico, presidente de este Club que se hizo famoso por su estudio sobre Los límites del crecimiento, quiere relanzar esta organización con ocasión de su próxima conferencia extraordinaria, que se celebrará del 25 al 28 de octubre, en París, y que versará sobre La gran transición, razones para vivir y esperar en la nueva sociedad mundial.

Desde luego, no parece un octogenario. "Tampoco lo siento", comenta, a la vez que asegura que la presidencia del Club de Roma, que asumió en solitario tras la muerte, hace cuatro años, de Aurelio Peccei, "es el trabajo más exigente de mi vida, y no sólo no está pagado sino que sale muy caro". No son éstas las razones, sin embargo, por las que piensa presentar su dimisión en la Conferencia de París: quiere dar paso a nuevos enfoques.King conoció a Aurelio Peccei en 1968. Preocupados por los Problemas de Europa Occidental, convocaron una reunión de personalidades que, resultó ser un "rotundo fracaso", lo que no impidió, sin embargo, que algunos de ellos se reunieran en el apartamento de Peccei en Roma y surgiera el Club de Roma.

Físico-químico en su juventud, su último puesto formal fue corno profesor de ciencia política en una universidad norteamericana. Participó en la exploración del Ártico en 1938 y durante la II Guerra Mundial fue asesor científico adjunto del Ministerio de Producción británico. Dice ser el introductor de las siglas DDT (dicloro-difeniltricloroetano), a raíz de un programa de lucha contra la malaria y el tifus. Tras la guerra estuvo al frente de la oficina científica británica en Washington y llegó a ser director científico y técnico de la OCDE.

Con Los límites del crecimiento, el Club de Roma se hizo mundialmente famoso. "No apoyamos un crecimiento cero" explica, "pero la gente nos considera unos pesimistas".

Ahora, con ocasión de la Conferencia Extraordinaria de París, King pretende relanzar el Club de Roma, tanto en su estructura -hasta ahora no dis ponía de un secretariado permanente- como en su labor íntelectual. Se intenta llegar a una síntesis de los grandes problemas de actualidad. La explosión demográfica, asegura, "durará 20 o 30 años más" y el globo tendrá una población de 10.000 o 12.000 millones de habitantes para el año 2025. Ante la nueva sociedad mundial, es necesario pensar en términos globales y a largo plazo", señala. King viajó la semana pasada a Madrid donde informó a la organización española, que cuenta entre sus miembros honoríficos con el rey Juan Carlos, sobre la próxima conferencia.

En estos años el Club de Roma ha cambiado de énfasis. Ahora, con la perestroika, el Club quiere prestar más atención a las relaciones Este-Oeste. Hace dos años propuso que soviéticos y norteamericanos cooperaran para reducir la venta de armamento a países del Tercer Mundo. La respuesta de Mijail Gorbachov, que hace 18 meses recibió a King, estuvo "llena de sustancia y sin ideología", asegura. "Las oportunidades para el Club de Roma son mayores que nunca", concluye King.

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