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Democratización en Túnez

El cambio en Túnez no se traduce sólo en quitar las estatuas de Burguiba. La enmienda constitucional aprobada el día 25 tiene innovaciones para consolidar la democracia en un país sacudido por el ejercicio intempestivo del poder y las intrigas palaciegas.Uno de los artículos adoptados por unanimidad fue la regulación sobre la sucesión del jefe del Estado por defunción o incapacidad. El primer ministro deja de ser el sucesor titular. En lo sucesivo podrá ejercer su función sin tener que sufrir las cábalas usadas en las luchas a la cabecera de Burguiba.

Con motivo de la modificación de la ley fundamental, el presidente Ben Alí pronunció un discurso que revela una voluntad política para seguir adelante. Los partidos han sido invitados a asociarse para elaborar un pacto nacional que sería como un código de buena conducta entre el poder y los partidos y sindicatos.

La oposición obtiene una satisfacción parcial sobre una de sus reivindicaciones: renovar la Cámara de los Diputados elegida un año antes de la destitución de Burguiba. El presidente ha prometido la convocatoria de unas próximas elecciones legislativas.

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En menos de nueve meses el hombre del 7 de noviembre se ha instalado sólidamente al frente del Estado y del partido. Los antiguos cortesanos de Burguiba sólo aspiran a que se les olvide. La oposición se felicita de la evolución emprendida, pero se ve obligada a buscar cuál será su sitio en el nuevo paisaje político.

, 27 de julio

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