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Un buque dedicado al transporte de armas para Irán e Irak cargó ayer en Santander 150 toneladas de explosivos

El mercante griego Barenbels, perteneciente a la naviera de igual nacionalidad Athens Cape, cargó ayer en este puerto unas 150 toneladas de explosivos procedentes de la factoría que tiene Explosivos Rio Tinto (ERT) en Galdakao (Vizcaya). El Barenbels, botado en 1976, con 148,80 metros de eslora, 22,97 de manga y 18.500 toneladas de peso muerto, figura en la lista de los 32 buques que el Ministerio de Defensa confeccionó a principios de la última primavera bajo la presunción de que se dedicaba al tráfico de material bélico con destino a Irán e Irak partiendo de puertos europeos, entre ellos algunos españoles.

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Secreto sobre la carga "por razones de seguridad"

El Gobierno, según fuentes oficiales, niega sistemáticamente permiso a tales barcos para tocar en puertos españoles. La relación de buques se con feccionó mediante informaciones facilitadas por la CIA norteamericana, el Centro Superior de Investigación de la Defensa (CSID) y también por noticias divulgadas en la prensa. Durante años un satélite de observación verificó el seguimiento de la ruta de los navíos, registrando su destino en puertos de Irak o Irán para descargar armas compra das en Europa. En otras ocasiones el transbordo del material bélico se efectuaba en puertos de Grecia, Siria y Jordania, aunque tuvieran el mismo destino en aquellos países en guerra.

Diez camiones contratados por ERT a transportistas de Reinosa y Bilbao partieron ayer, de la factoría de Galdakao, alrededor de las 7.00 horas, rumbo a Santander; hacia las 10.15, con la escolta de dos vehículos de la Guardia Civil, los primeros camiones llegaron al muelle número 2 del nuevo puerto de Raos, al fondo de la bahía, en el que tres horas antes había quedado atracado el Barenbels procedente de un puerto británico. Guardias civiles armados acotaron el lugar mientras discretamente un joven miembro, vestido de paisano, del servicio de información militar, controlaba las subidas y bajada, a través de la escala del mercante griego. En cada camión, al lado del chófer, se desplazó desde Galdakao un agente armado una compañía de seguridad privada a fin de reforzar el servicio de protección y entregar a la Guardia Civil, en el muelle, una guía de la mercancía.

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