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Victorino Martín y Pablo Romero, propuestos para sanción por 'afeitado'

El ganadero Victorino Martín ha sido propuesto para sanción por afeitado de tres de los toros de su ganadería que fueron lidiados en la corrida celebrada en Granada el pasado 5 de julio. También están propuestos para sanción por afeitado de las reses los propietarios de otras muchas ganaderías, entre las que se encuentran la histórica de Pablo Romero y la de Montalvo, según fuentes próximas a la investigación. Ninguno de los ganaderos pudo ser ayer localizado por este periódico.

Según ha podido saber EL PAÍS, los análisis de las astas de las reses sospechosas de manipulación, que se efectúan en la Escuela Nacional de Sanidad, muestran que durante la actual temporada, y también en la anterior, se ha afeitado más que nunca, "incluso más que en la época de El Cordobés", manifiestan algunos veterinarios y ganaderos consultados, haciendo referencia a la época en que hubo el mayor fraude generalizado de la historia del toreo.Las plazas donde se ha producido proporcionalmente mayor número de casos de afeitado son las de Sevilla, Valencia, Soria y Cáceres. Respecto a las de Sevilla y Valencia, fuentes consultadas afirman que toros de la mayor parte de las corridas de la Feria de Abril y de las de Fallas han dado evidencia de manipulación fraudulenta de las astas tras los análisis efectuados por los técnicos.

También hay toros afeitados entre los de la pasada feria de San Isidro, de Madrid, y astas de otras corridas celebradas con posterioridad en Las Ventas se han enviado a la Escuela Nacional de Sanidad por sospecha de afeitado, como las astas de cinco de los toros que se lidiaron el pasado domingo en el coso madrileño.

La sospecha de fraude no se centra sólo en la manipulación de las astas, sino también en el que puede ocasionar la debilidad y frecuentes caídas de las reses. Un ganadero histórico que prefirió no dar su nombre aseguró a EL PAÍS que la mayor parte de los toros que se caen saltan a la arena bajo el efecto de drogas, y puede afirmar taxativamente que dos de sus corridas -una de ellas lidiada en Vitoria- habían sido drogadas sin duda.

Es frecuente que en una corrida afeitada en su totalidad sólo den positivo una o varias reses. Se debe a que no siempre se envían a examen de laboratorio las astas de toda la corrida, y, además, los veterinarios aplican unos amplios márgenes de tolerancia para garantizar que en ningún caso puedan dar positivo toros que no estén realmente afeitados. Cuando se produce sospecha de afeitado en una corrida, la autoridad ordena remitir las astas a la Escuela Nacional de Sanidad en cajas precintadas para su análisis. En los casos positivos, los ganaderos afectados tienen derecho a que se haga juicio contradictorio, para lo cual designan a un veterinario de su confianza. Las actas correspondientes se remiten al Ministerio del Interior.

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