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10.000 vecinos de Vallecas, afectados por la emisión de humos de tres grandes industrias

La asociación ecologista Aedenat y tres grupos vecinales de Vallecas han denunciado a la Agencia de Medio Ambiente la emisión de productos contaminantes por parte de tres grandes industrias, que afectan a más de 10.000 vecinos de viviendas próximas. En un radio de dos kilómetros se hallan una fábrica de metales, otra de fertilizantes y un gran yacimiento de sepiolita, un mineral sospechoso de toxicidad. Los vecinos solicitan medidas urgentes para evitar la concentración de humo y polvo en los barrios próximos.

Los vecinos del popular distrito de Vallecas llevan varios años planteando la batalla de los humos, que tiene tres frentes: la fábrica de fertilizantes Cros, en la avenida de la Albufera, 438; la Sociedad Española de Metales Preciosos (SEMPSA), en la carretera de Vicálvaro a Vallecas, y la planta de tratamiento de sepiolita de Tolsa, cerca de la colonia de Santa Eugenia.Los atletas que frecuentan el polideportivo de Palomeras saben bien lo que son los picores y la irritación de las vías respiratorias. La nube de humos de la vecina fábrica de Cros hace difícil la práctica deportiva. Los usuarios del polideportivo se sumaron el año pasado a la lluvia de quejas de los vecinos de viviendas próximas.

Las mediciones de la contaminación realizadas por el Ayuntamiento no descubrieron, sin embargo, nada anormal. El director general de Cros, Federico Rivero, afirmó ayer que ha ofrecido a las autoridades municipales el traslado de la factoría.

A unos 500 metros de Cros se encuentra la planta de SEMPSA. El concejal de Vallecas, Francisco Garrido, considera "más peligrosas" las emisiones de esta factoría. Según los ecologistas, la fábrica de tratamiento de metales emite vapores nitrosos y de carácter tóxico. La inspección municipal tampoco ha detectado niveles de contaminación superiores a los permitidos.

La planta de tratamiento de TOLSA, junto a la carretera de Valencia, también está en el punto de mira de los vecinos. Aunque los científicos no se acaban de poner de acuerdo sobre la presunta toxicidad del mineral empleado, la sepiolita, los vecinos de la colonia de Santa Eugenia han denunciado "lluvias de polvo procedentes de la fábrica que hacen el ambiente irrespitrable". Tolsa informó ayer que se han invertido en los últimos años 118 millones para reducir la emisión de partículas hasta una sexta parte de lo permitido.

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