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Frontela no logró reproducir el Sindrome tóxico en los monos ni con el aceite ni con los pesticidas

El catedrático de Medicina Legal Luis Frontela, que interviene como perito en el juicio de la colza, no ha podido reproducir el síndrome tóxico en los monos con ninguno de los productos que les administró, según se desprende de las 18 conclusiones del informe de 583 folios que presentó el lunes al tribunal de la colza. El objetivo de los acusados era demostrar que el síndrome tóxico fue producido por unos pesticidas arrojados en una plantación de tomates. Estos pesticidas han sido administrados a un grupo de los simios, mientras que a otros se les hizo ingerir el aceite adulterado, pero al uno ni otro producto les han provocado la enfermedad. Frontela ha dispuesto para este experimento de un presupuesto de 15 millones.

La no reproducción de la enfermedad en animales, según los expertos, no tiene mayor importancia, puesto que existen otras dolencias que tampoco han podido ser reproducidas, debido fundamentalmente al distinto sistema inmunológico de las Personas y los monos.Pese a que no ha obtenido resultados concretos, Frontela no renuncia a su teoría -sostenida por los defensores- de que los pesticidas pueden ser la causa del envenenamiento masivo, aunque ninguno de los resultados obtenidos en sus experimentos confirma tales pretensiones. La primera teoría de Frontela que figura en el sumario se basaba en que el síndrome era producido por los metales pesados que desprendían las sartenes de teflón al ponerlas al fuego. El propio catedrático rechazó después la hipótesis porque en los enfermos no pudieron encontrarse restos significativos de plomo o cadmio.

De acuerdo con los nuevos experimentos realizados y las conclusiones expuestas en el informe, ni las vísceras ni el suero de las personas fallecidas como consecuencia del síndrome tóxico contenían restos de productos organofosforados (pesticidas).

No obstante, para Frontela este dato no indica nada, puesto que esos productos se eliminan rápidamente y a los pocos días ya no son detectables en los análisis. Frontela ha criticado, como ya hizo en todas las ocasiones anteriores, el material que le fue suministrado para los análisis, señalando que las vísceras de fallecidos que pusieron a su disposición no eran las más idóneas para un estudio toxicológico, y que la cantidad de sueros resultaba insuficiente para detectar la presencia de tóxicos.

Miembros de la acusación han destacado que esta actitud de del catedrático Frontela es ya habitual, y que si no disponía de vísceras o fluidos suficientes podría haberlo planteado hace meses al tribunal, y no ahora para justificar su falta de resultados.

Lesiones neurotóxicas

Según el informe, Frontela consiguió lesiones neurotóxicas incipientes en la mayoría de los monos a los que administró pesticidas y en el 60% de los primates a los que alimentó con tomates recogidos ocho días después de que tratara la tierra con plaguicidas. Sin embargo, estas lesiones parecen ser distintas a las que los neurólogos explicaron en el juicio que padecían los enfermos de síndrome tóxico.

Fuentes de la acusación criticaron duramente el informe del catedrático, al que unos calificaron de "tomadura de pelo", mientras que, para otros el catedrático ha hecho "el ridículo".

José Manuel Gómez Benítez, de la acusación particular, declaró ayer que "lo mejor que se puede hacer con ese informe es guardarlo en el desván de los trastos viejos, y lamentar que se haya despilfarrado ese dinero para llegar a conclusiones conocidas desde hace tiempo".

Por su parte, alguno de los defensores de los principales acusados destacaron que el aceite no reproduce la enfermedad y que, en cambio, los organofosforados producen lesiones neurotóxicas que podrían estar relacionadas con el síndrome. "Es arriesgada una valoración", dijo otro defensor, "en principio nos favorece más que nos perjudica, puesto que aporta una información más seria que la opinión de las monjitas de que se les morían los gatos y el perro al comer las sobras del convento".

Calendario

El juicio continúa con las declaraciones de testigos. Para el día 7 de marzo está prevista la exposición de los experimentos de Frontela en la vista, y para el 14 de marzo ha sido fijada la sesión de evaluación de los trabajos del doctor Antonio Muro.

El tribunal considera que esta fase del juicio puede concluir a finales de marzo, y se iniciará entonces la prueba documental.

El tribunal ha recibido una petición de suspensión de, la vista durante mes y medio para que el fiscal y los abogados elaboren sus conclusiones definitivas, aspecto sobre el que los magistrados no se han pronunciado todavía. Aunque el final del juicio parece todavía lejano, el tribunal tiene la esperanza de que el proceso quede visto para sentencia antes del verano.

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