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Egipto impide la subasta en Christie's de un panel de oro atribuido a la tumba de Tutankamon

Los expertos plantean dudas sobre la autenticidad de la pieza

RICARDO M. DE RITUERTO Un pequeño panel de oro, presuntamente perteneciente a la tumba del faraón Tatankamon, que iba ser subastado el viernes en Londres por Christie's, ha sido retirado de la puja por presiones de la Embajada egipcia en la capital británica. Los problemas con la pieza, que se esperaba superara en la subasta los 10 millones de pesetas, no terminan ahí: su autenticidad también ha sido puesta en tela de juicio.

El panel representa la coronación del faraón Tutankamon y es descrito en el catálogo de la exposición como "un fragmento de una hoja de oro decorada de Tutankamon". La exacta procedencia de la pieza es desconocida, como señala el propio cátálogo, donde se indica que "no es seguro dónde fue encontrada la pieza o de qué objeto fue sacada", aunque se dice que fue adquirida por el banquero alemán Wilhelm Horn en Berlín en 1934. Los herederos de Horri sacan ahora a subasta toda la colección de tesoros egipcios de su antepasado.El embajador egipcio en Londres, Yusef Sharara, envió la semana pasada un télex al presidente de Christie's, Charles Allsopp, pidiéndole la inmediata retirada de la pieza, alegando que podría haber sido robada de la tumba del faraón de la XVIII dinastía durante su excavación en 1922. El panel, de 22,5 por 7,8 centímetros y 25 gramos de peso, no cuenta con la garantía de que está libre de toda reclamación, y a esta cláusula de Christie's se acogió Sharara para solicitar la cancelación de su subasta.

Retirada por los vendedores

Un portavoz de Christie's no quiso entrar ayer en la peripecia diplomática y dijo que el fragmento en cuestión había sido retirado "a petición de los vendedores, a quienes nos debemos".

Las autoridades egipcias, por lo demás, no tienen plena seguridad de que la pieza pertenezca realmente a la tumba del faraón, juicio con el que coinciden muchos otros expertos. Han pedido ver el fragmento, pero dado que Chrístie's lo ha devuelto ya a los herederos de Horn, es de éstos de quien depende ahora la suerte de la reclamación.

Cyril Aldred, experto egiptólogo, es muy cauto al escribir la presentación de la pieza en el catálogo, y tras señalar que el "oro es muy difícil de datar", sólo indica que la factura de la pieza "es característica del período" de Tutankamon, siglo XIV antes de nuestra era. En conversación aparte comenta que si él tuviera que adquirir la pieza para un museo, no lo haría. El Museo de Berlín, donde se exhibe la maravillosa cabeza de Nefertiti, pensaba pujar por el panel hasta que sus responsables vieron la foto del catálogo y llegaron a la conclusión de que se trata de una falsificación.

El egiptólogo británico John Harris también piensa que es una falsificación e incluso atribuye la autorá a un tal Maestro de Berln, que trabajo en la Alemania hitleriana. En Christie's, donde existe un cierto disgusto por todo este caso, comentan que la firma "actúa con el asesoramiento de expertos y, desde luego, si pensásemos que era una falsificación no lo hubiéramos sacado a subasta".

El Gobierno egipcio va más allá de la anécdota -aunque quiere ver la pieza en El Cairo- y piensa reclamar que la Unesco se plantee el problema de obras artísticas robadas y subastadas. "Antigüedades que son de importancia nacional, sean robadas o no, no deberían ser tratadas como mercancías", piensa Yunis Batrick, agregado cultural de la embajada.

Parte del patrimonio

"Forman parte de nuestro patrimonio común y deberían estar en los museos. Este tipo de transacciones, de las que la pieza de Tutankamon es un claro ejemplo, deberían terminar", añade.

La más famosa de las reclamaciones por un tesoro artístico es la que tiene planteada el Gobierno griego a Londres por la propiedad de los frisos del Partenón, exhibidos en el Museo Británico.

Una reciente declaración del subsecretario británico para las Artes, Richard Luce, en la Cámara de los Comunes, descartó la devolución de los mármoles a Grecia, por considerar que fueron legalmente adquiridos por lord Elgin el siglo pasado; pero las autoridades helenas niegan este extremo y señalan que los mármoles fueron retirados con un permiso otorgado por el imperio otomano, a la sazón ocupante de Grecia, que no autorizaba el desmantelamiento de los frisos. La embajada griega en la capital británica señaló ayer que Atenas piensa seguir reclamando la devolución de los mármoles clásicos y que en el museo que se va a construir en la capital griega para acoger a la Acrópolis "habrá una sala vacía en simbólica espera de los frisos del Partenón".

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