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"El SIDA es una revolución copernicana en la historia del sexo"

"Estoy segura de que el SIDA es una revolución copernicana en la historia del sexo", dijo Susan Sontag ayer, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, ante una audiencia tan numerosa que una parte tuvo que seguir la conferencia por monitores de televisión.

La escritora se preguntó sobre el título general del ciclo, Escenarios para la libertad, y vaticinó un tiempo de restricciones para el cuerpo a causa de la enfermedad.

Sontag explicó primero, a grandes rasgos, las características de su libro La enfermedad como metáfora, escrito hace una década, cuando, tras enfermar de cáncer, quiso combatir el aparato de metáforas que rodeaban entonces el cáncer, como ahora el SIDA, y que consiguen inhibir al enfermo.

Abuso del sexo

Indicó la escritora que al enfermar tuvo la sorpresa de descubrir que, al igual que antes se asociaba la tuberculosis con gente de carácter sensible o inteligente, el cáncer se atribuía a personas con supuestos problemas de represión sexual, y ahora, el SIDA, a personas que, por el contrario, han abusado del sexo.

Sontag aportó estadísticas para demostrar que en Estados Unidos disminuyen los casos de SIDA por contacto sexual y aumentan los causados por la utilización de droga en determinadas condiciones. Pese a ello, dijo, se seguirá asociando la enfermedad con una suerte de maldición que sigue a un pecado sexual.

La enfermedad, dijo, tiene una enorme carga política, y cambiará muchas reglas sociales y de comportamiento. Afirmó que hoy se miran las dos décadas de liberación sexual previas a 1981 (fecha del descubrimiento de la enfermedad en Estados Unidos) como una suerte de edad de inocencia.

Sontag se mostró escéptica respecto a la utilidad de la educación para combatir la enfermedad, y únicamente cree en su necesidad para combatir los prejuicios. En cuanto al consejo de prudencia que suelen dar algunos organismos de sanidad, se preguntó cómo se traduce esa fórmula: "¿Menos sexo? ¿Ninguno? Obviamente, no. Y sexo seguro significa, de todos modos, una radical disminución de la sexualidad".

En la primera parte de su conferencia, Sontag desarrolló toda una teoría sobre las metáforas utilizadas para describir el cuerpo y las enfermedades. Indicó, por ejemplo, que la metáfora política de izquierda y derecha está en su opinión estrechamente vinculada a una necesidad radical del cuerpo para orientarse en el espacio.

Señaló también que tradicionalmente el cuerpo ha sido considerado, o un reino, o una construcción.

Otras metáforas han concebido el cuerpo como tejido, templo o fortaleza, por ejemplo; ahora bien, si el cuerpo es una metáfora, también lo es la enfermedad, palabra que Shakespeare, por ejemplo, suele utilizar para hablar de la debilidad, la impureza o la corrupción.

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