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Irak reanuda sus ataques aéreos masivos contra instalaciones petroleras de Irán

Los masivos ataques aéreos iraquíes de ayer contra plataformas petroleras iraníes del golfo Pérsico pueden suponer una escalada fatal en la guerra del Golfo, si Irán cumple con sus amenazas de adoptar represalias contra Kuwait y Arabia Saudí por su apoyo a Bagdad. Estas operaciones de Bagdad son las primeras desde mediados de julio, y especialmente desde que navíos norteamericanos ejercen misiones de escolta de barcos de Kuwait en el Golfo.

El Estado Mayor iraquí informó ayer en Bagdad que decenas de aviones atacaron en sucesivas oleadas las instalaciones petroleras de tres islas iraníes situadas en el centro del golfo Pérsico: Farsi, situada a 450 kilómetros de las fronteras marítimas de Irak; Lavan, a 790 kilómetros, y Rajsh, a 830 kilómetros. Por otro lado, fuentes marítimas neutrales confirmaron que el petrolero irani Alvand fue alcanzado e incendiado por los disparos de la aviación de Bagdad. A lo largo de todo este verano, Irán ha señalado que se abstendría de acciones contra los petroleros kuwaitíes que navegan por el Golfo siempre que sus ciudades y centros industriales no fuesen atacados por los iraquíes. Pero advirtió que si estos ataques se producían, Kuwait y Arabia Saudí sufrirían las consecuencias.

No obstante, según los observadores extranjeros en Teherán, Irán no está en absoluto interesado en extender su guerra con Irak al golfo Pérsico, vital para su economía. La totalidad del petróleo iraní es exportado a través del estrecho de Ormuz.

Los iraníes prefieren desarrollar una guerra terrestre a lo largo de los 1.200 kilómetros de frontera con Irak. Más débiles en un estricto cuerpo a cuerpo, los iraquíes son partidarios de una guerra total, que abarque también objetivos civiles y económicos. Para ello utilizan su aplastante supremacía aérea. Llevar la guerra al Golfo tiene también para Bagdad el importante objetivo estratégico de internacionalizar el conflicto y conseguir de este modo el apoyo de los países árabes de la región y de Occidente.

Por otra parte, el ministro de Defensa iraní, el general Mohamed Husein Yalolí, afirmó ayer que la República Islámica producía ya en su territorio 57 tipos de armas y municiones diferentes, "incluido un nuevo modelo de mina imposible de detectar".

El presidente del Parlamento y representante personal de Jomeini en el consejo de defensa, Hachemi Rafsanyani, ha afirmado en una larga entrevista publicada por el diario en inglés Tehran Times, que "si el Consejo de Seguridad de la ONU declara al régimen iraquí como el agresor, la guerra terminará".

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Rafsanyani aseguró que Irán está dispuesto a aceptar el llamamiento al alto el fuego de la resolución 598, adoptada por el Consejo de Seguridad el pasado 20 de julio, con una sola condición: Ia creación de un comité de expertos que designe el agresor".

"SI se proclama esto universalmente, nosotros detendremos de inmediato todas las operaciones militares", dijo. El siguiente paso, según el número dos iraní, sería la creación de una corte islámica internacional que decidiera qué castigo aplicar al agresor. El retorno de los contendientes a sus fronteras internacionales seguiría al veredicto final.

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