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El manuscrito encontrado en Pensilvania

Elena Fortún terminó de escribir en julio de 1943, durante su éxodo argentino, el borrador Celia en la revolución, que comenzó a escribir en plena contienda. La propia autora expresó su voluntad de retrasar la publicación por lo reciente de los hechos, y en espera de que las heridas se cerraran y la censura no actuara.

Aquel manuscrito, escrito en unas hojas amarillas, se quedó olvidado, hasta que, en 1963, el hijo de Elena Fortún lo ofrece a Manuel Aguilar, quien rechaza su publicación.

Es la nuera de la autora quien, al entregar a la Editorial Aguilar papeles inéditos de Elena Fortún, con motivo de la celebración del centenario de su nacimiento, redescubre este texto, encontrado en Pensilvania y no en Nueva York, como se ha comentado.

Más información
Editada una aventura inédita de Celia

La inmediata decisión de editarlo supone que salga a la luz el único libro para niños y jóvenes que habla de la tragedia de la guerra civil española vivida desde el lado de los perdedores.

Ello ha significado todo un trabajo de investigación, que ha tenido que ser realizado por expertos, ya que el manuscrito -tal y como se pudo observar en la exposición que se realizó dentro del Salón del Libro Infantil y Juvenil con motivo del centenario de la autora- eran unas hojas que el paso de los años había convertido en amarillentas y difícilmente legibles.

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