Víctimas y alivio
Me dirijo a EL PAÍS para canalizar mi rabia y mi ira, que no mi desconsuelo, por tres muertes violentas, tristísimas, crueles e inútiles, como todas las muertes violentas. En menos de 15 días, tres personas han perdido la vida de una forma cruel, estúpida y muy dolorosa para ellas.Una bala perdida segó la vida de una mujer de cincuenta y tantos años que paseaba con su marido y su hija.
Un vil navajero acabó con los 17 años de un chico que defendía a su hermana.
Una mortal botella arrasó a una mujer de 39 años que estaba con su marido y sus amigos en una casa del pueblo.
¿A quién pedimos cuentas? ¿Al despiste o al descuido, en el primer caso; a la droga o al paro, en el segundo, o al terrorismo, en el tercero?
Sólo pienso. en el dolor y desesperación de sus maridos, hijos , padres y hermanos. Y en otra cosa. En el miedo que tengo. Si la crueldad e imbecilidad siguen imperando por sus fueros, la próxima víctima puedo ser yo. O usted. Gracias. Ya me siento más aliviada-