Un ensayo frío
La compañía Espacio Cero tiene una trayectoria de siete años y 10 espectáculos -lo cual es mucho en este país- y se ha ganado el respeto y la admiración por su manera limpia y bella de hacer teatro y por la calidad y la cohesión de sus actores, aunque no todas sus presentaciones hayan tenido el mismo resultado.Carambola es el espectáculo número 11, y produce alguna inquietud ya sospechada en sus últimos estrenos: la de que esta compañía se encierre demasiado en sí misma o tienda más a disfrutar ella misma en sus propias creaciones de lo que pretende hacer disfrutar al público.
La obra se acompaña con largos textos impresos. Es ya costumbre en el teatro contemporáneo: antes se exigía al espectáculo que se explicase y se justificase por sí solo. Ahora la huida del texto o su disminución voluntaria hacen que la escritura se desplace fuera del escenario, a los; programas o hasta libros con que se acompaña, donde se suele explicar lo que se ha querido hacer y por qué.
Carambola
Texto y coordinación de Antonio Fernández Lera. Intérpretes: Chete Lera, David Fernández, Pepo Oliva, Aurora Montero, Chelo F. Lera. Música: Orquesta Las Nubes. Escenografía y vestuario: Aurello Díaz, Buly. Película. filmada por Mike Figgis. Producción: Espacio Cero. Estreno: Sala Olimpia, del Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas. Madrid, 1 de abril.
Es un síntoma de que el teatro se hace incompleto por sí solo. En el texto que acompaña a Carambola, sus creadores explican que la obra "no es otra cosa que un intento de integrar en un terreno concreto a creadores de distintos campos". Que no sea, además, esa otra cosa que se anula es lo que preocupa y lo que se nota.
Hay, efectivamente, cinco buenos actores en escena, capaces de demostrar su capacidad gestual, su voz, su colocación, sus interrelaciones; una película donde los mismos actores, acompañados por otros, mantienen los mismos valores y que tampoco es explicativa de nada; una buena partitura -de la orquesta Las Nubes-; un vestuario y una escenografla móvil con gran belleza, bien pintada por las luces.
Pobre texto
Y un texto pobre, que busca una poesía superrealista y un despiezamiento de frases más bien incoherentes. Todo ello mezcla bien, refleja minuciosidad de erisayo y de trabajo, intencionalidad estética conseguida. Pero está encerrado en sí mismo, en su hermetismo y en su decisión de no comunicar nada que no sea frialdad.El encuentro de esos elemeritos para producir la carambola del título -el choque de valores, las trayectorias de las acciones mínimas, la interacción entre las artes, con resultados a veces inesperados- se queda en frialdad y aburrimiento.
Espacio Cero hace otra demostración de sus valores, pero no los utiliza a fondo, no los hace restallar en ese algo más que es; esencial en el teatro. Todo lo que emplean es un medio para conseguir un fin que no llega nunca -la finalidad dramática-; convertir ese medio en finalidad por sí misma es insuficiente.
Queda dicho que sus valores intrínsecos están patentes y que les falta una orientación, un grado de hacerse comprensibles. Pero esos valores fueron suficientes para que el público muy especial y muy adicto que tiene esta compañía -y que se ha ganado limpiamente-, que asistió al estreno en la Sala Olimpia, prorrumpiera en ovaciones, después de haber asistido en respetuoso silencio -aunque hubo alguna fuga- a la representación.