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El terrorismo alcanza al corazón de la policía en París

Lluís Bassets

Un nuevo, atentado sangriento, esta vez en la propia Prefectura de Policía de París, causó ayer un muerto y 51 heridos, tres de ellos de gravedad, y sacudió a la opinión pública francesa, todavía conmocionada por la explosión de la víspera en un bar de los Campos Elíseos. Tras el atentado de ayer, París se vio electrizado por cientos de falsas alarmas de bomba, producto de la psicosis generada por las últimas explosiones. Entre sus medidas contra el terrorismo, Francia va a suspender temporalmente el acuerdo del Consejo de Europa sobre la libre circulación de las personas.

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El presidente de la República, François Mitterrand, declaró en el consejo de ministros, reunido ayer minutos después del atentado, que "la lucha contra el terrorismo es un problema de toda la nación" y que "quien quiera que atente contra vidas humanas debe ser perseguido de forma implacable". El atentado de ayer fue el undécimo en una serie que desde diciembre ha causado cinco muertos y más de 200 heridos.El artefacto estaba depositado cerca de una de las ventanillas del servicio de concesión de permisos de conducir y estalló poco antes de las dos de la tarde, en un momento de gran afluencia de público. La oficina estaba fuertemente custodiada por agentes de la policía, que registraban bolsos y paquetes. Todo hace pensar que los autores del atentado han corrido un riesgo mucho mayor para demostrar la inutilidad de las recientes medidas del Gobierno destinadas a la prevención y a la represión del terrorismo.

Además de los daños personales, el artefacto produjo abundantes desperfectos en las instalaciones de la Prefectura de Policía. Los bomberos de París han puesto en marcha un llamado plan rojo de socorro y asistencia a las víctimas, previsto para los casos en que el número de heridos es superior a la decena.

Reivindicación en Beirut

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El atentado de ayer fue reivindicado por el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos Árabes a través de una llamada telefónica anónima a una agencia de noticias occidental en Beirut. El comité pide la puesta en libertad de dos libaneses y un armenio encarcelados en Francia, entre ellos Georges Ibrahim Abdallah, que cumple condena de cuatro años en la cárcel de Lyón y cuya extradición solicitó ayer Italia. También un grupo denominado Partisanos del Derecho y la Libertad se atribuyó en Beirut la responsabilidad de este último atentado, que constituye, según todos los observadores, un auténtico desafío al Gobierno de Jacques Chirac. Éste, a su condición de primer ministro, une la de alcalde de París.

La nueva explosión consiguió ayer romper los nervios de muchos ciudadanos, que hallaron motivos de sospecha en bultos y paquetes situados en numerosos lugares públicos. Las alertas afectaron a un colegio público, a la torre Eiffel, a un café del bulevar Saint Michel, a una sede del partido del primer ministro (el RPR, Asamblea para la República) y a la terminal de Air France, entre muchos otros lugares.

Ayer mismo entraron en vigor algunas de las medidas antiterroristas anunciadas horas antes por Chirac al explicar su plan de guerra. Una veintena de personas fueron detenidas ayer por la mañana, a la vez que 15 compañías de CRS (Compañías Republicanas de Seguridad) se desplazaban a París, donde habían sido movilizadas ocho compañías más en días recientes. Simultáneamente, todos los consulados franceses en el mundo, a excepción de los ubicados en la CE y Suiza, países a los que no se aplicará esta medida, habían recibido ya órdenes para proceder a la expedición de visados, obligatorios para viajar a Francia desde hoy mismo.

[Francia, según informa France Presse desde Estrasburgo, va a suspender temporalmente, por razones de orden público", el acuerdo europeo de 1957 sobre e régimen de la circulación de las personas entre los países miembros del Consejo de Europa. Una notificación en este sentido, como lo exige dicho acuerdo, debía llegar a Marcelino Oreja, secretar¡a general del Consejo. El acuerdo que liga a Francia, además de a lo países de la CE, a Austria, Turquía, Malta y Suiza prohibe el establecimiento de visados de entrada para los ciudadanos de los países firmantes.]

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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