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DESPUÉS DE LA CATÁSTROFE ESPACIAL

Repercusión de la catástrofe en los seguros de los satélites

Especialistas en comunicaciones por satélite señalaron ayer en Estados Unidos que las primas de los seguros de los satélites, ya de por sí elevadas, subirán con toda probabilidad, a pesar de que los dos satélites que portaba el Challenger, un gran satélite de comunicaciones para la NASA y un pequeño satélite experimental para estudiar el Halley, no estaban asegurados, por ser propiedad de la agencia gubernamental."La catástrofe puede terminar de matar el mercado de los seguros de satélites, un mercado que ya estaba -a punto del colapso de todas maneras", declaró John Brennam, presidente de un consorcio de compañías de seguros de Estados Unidos. Hasta 1985 la prima anual de seguro sobre un satélite comercial era del 5%. de su valor, pero esta prima ha subido recientemente hasta el 20% o 30%. de su valor. En algunos casos no se han encontrado compañías dispuestas a asegurar los satélites, y las empresas propietarias han renunciado a asegurarlos.

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Los aseguradores de satélites han afirmado que debido a las pérdidas totales o parciales de satélites en los dos últimos años han pagado en indemnizaciones el doble de lo que han cobrado en primas. Ocho satélites comerciales de los 23 que fueron lanzados en este período se perdieron, lo que supuso unos pagos de centenares de millones de dólares. Incluso la recuperación de algunos satélites errantes no ha aliviado estas pérdidas, debido a que las compañías de seguros que se han convertido en sus dueños no han encontrado todavía compradores.

La aventura del espacio ha resultado hasta ahora especialmente costosa para las compañías de seguros, que han perdido en los últimos 10 años 390 millones de dólares. Según los datos proporcionados en París por Mohamed Dahbi, de la agencia aseguradora S3R, filial de Aerospatiale, entre 1975 y 1985 el volumen total de las primas cobradas ascendió a 456,3 millones de dólares, mientras que las indemnizaciones representaron 846,3 millones. En el caso concreto del Ariane, las pérdidas se elevan a 85,2 millones de dólares.

Descenso en la bolsa

En la Bolsa de Nueva York las acciones de la compañía Rockwell International, contratista principal en la construcción de los transbordadores espaciales, sufrieron ayer una fuerte caída. Lo mismo sucedió con las de su competidora, la compañía Lockheed, encargada de los servicios de tierra del centro espacial Kennedy, desde donde se lanza la nave.Las naves espaciales, valoradas cada una en 1.100 millones de dólares (165.000 millones de pesetas), fueron ensambladas en las cercanías de la ciudad californiana de Los Ángeles. El principal constructor de los grandes motores del vehículo orbital es una división especializada de la compañía Rockwell, pero los cohetes propulsores de combustible sólido son fabricados por la compañía Morton-Thiokol. Las 30.000 losetas térmicas que recubren cada transbordador y lo protegen de las altas temperaturas a su regreso a la Tierra son fabricadas por Lockheed.

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