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DESPUÉS DE LA CATÁSTROFE ESPACIAL

Francia mantiene su programa para construir un transbordador espacial

Soledad Gallego-Díaz

La sociedad Aerospatiale, propietaria del cohete Ariane, anunció ayer que mantendrá su programa de lanzamientos, pese a la catástrofe del transbordador norteamericano Challenger. Los responsables de la empresa creen que tampoco sufrirá retrasos la construcción del transbordador francés Hermes, cuyo primer vuelo está previsto para 1995. El portavoz de Aerospatiale, Claude Sánchez, señaló que el próximo lanzamiento del Ariane se hará, como estaba previsto, en la noche del 21 al 22 de febrero, desde el centro espacial de Kourou, en la Guyana francesa.

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Nuestro programa sufrió un pequeño retraso debido al fallo del tiro número 15, el pasado mes de septiembre", aseguró Claude Sánchez, "pero una vez efectuadas todas las verificaciones necesarias, continuamos adelante".El cohete pondrá en órbita el satélite de comunicaciones francés Spot y el satélite sueco Vikingo, destinado a una serie de experimentos científicos. Tres semanas más tarde, el 12 de marzo, se lanzará el Ariane 17, con otros dos satélites, uno francés y otro brasileño.

La compañía francesa espera tener acceso a las informaciones relativas al accidente del Challenger, aunque el responsable del programa Hermes, Bemard'Deloffre, señaló que la NASA considera el futuro transbordador francés como un competidor y clasifica como confidenciales determinados datos de sus propias experiencias. "Sin embargo, solemos intercambiar información, porque hay varios proyectos comunes y porque el Hermes deberá ser compatible con fa futura ' estación espacial norteamericana", añadió.

Tanto los responsables de Acrospatiale ceomo el ministro francés para la Investigación, Hubert ,Curien -(considerado como uno de los padres del Ariane y antiguo presidente del Centro Nacional de Estudios Espaciales), se apresuraron ayer a asegurar que la catástrofe norteamericana no supondrá un golpe decisivo para los planes franceses. Los directivos de los programas Ariane y Hermes -que compiten con la NASA en el importante mercado de lanzamiento de satélites de Comunicaciones- temen más que los futuros clientes pierdan la confianza que las modificaciones técnicas que habrá que introducir como consecuencia del accidente.

"Tendremos en cuenta las conclusiones de los norteamericanos, pero seguiremos adelante" afirmó Curien, para quien 'la seguridad absoluta no existe en ninguna parte". El director técnico del Hermes, Henri Lacaze, señaló, por su parte, que "el análisis de lo ocurrido al transbordador norteamericano obligará a introducir medidas suplementarias de seguridad". Bernard Deloffre añadió que el programa francés "es lo suficientemente flexible como para integrar esos nuevos elementos sin tener que modificar nuestro calendario".

"Nos perjudíca a todos"

Los portavoces franceses insistieron, sin embargo, en que la tragedia del Challenger constituye un serio traspiés no sólo para la NASA, sino para todo el mundo relacionado con la aventura espacial. "Es absurdo pensar que este accidente puede beneficiar de forma indirecta al Ariane", explicaron, "cuando un avión comercial se estrella, las perjudicadas son todas las compañías aéreas, compitan o no. Además, nosotros tenemos completamente cubierta nuestra agenda de pedidos. Aunque un cliente de la NASA quisiera dirigirse a nosotros ante los previsibles retrasos -norteamericanos, no podríamos atenderlo".-Los técnicos de Aerospatiale creen, por otra parte, que el lanzamiento de satélites de comunicaciones será, precisamente, el capítulo que sufrirá menos retrasos en Estados Unidos. "Es la única actividad espacial que reporta inmediatos beneficios económicos, y si hay que aplazar algo serán los otros programas los que primero sufran las consecuencias" señalaron. En concreto, los científicos franceses se interrogan sobre la fecha de lanzamiento de la sonda europea Ulises, destinada a estudiar el Sol, y que teóricamente debería formar parte de la agenda de un transbordador norteamericano el próximo mes de mayo. El programa Columbus, para colocar una estación europea en el espacio, está también ligado a la NASA.

"El espacio ya no es una aventura heroica, como cuando los cosmonautas del Apolo pisaron la Luna por primera vez, sino una aventura industrial y comercio en la que todos estamos interesados" aseguró un directivo de Aerospatiale.

Según Mohamed Dahbi, de la agencia eguradora S3R, filial de Aerospatiale, lo más importante será el choque psicológico del accidente. Dahbi afirmó que las primas se elevan ya al 20% o 25% del valor total del satélite asegurado, entre 80 y 100 millones de dólares. "El primer efecto de la catástrofe del Challenger recaerá -sobre las compañías- de seguros que han cubierto los satélites que iban a ser lanzados por el transbordador en los próximos 15 tiros, porque el programa norteamericano sufrirá, sin duda retrasos, y ellos no cobrarán en los plazos previstos".

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