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DOS VISIONES DE EUROPA

Régis Debray 'cancela' su obra como ensayista político

El autor de 'Los imperios, contra Europa' denuncia la frivolización del pensamiento

El intelectual francés Régis Debray presentó ayer en Barcelona (por la mañana) y en Madrid (por la tarde) su libro Los imperios, contra Europa (Versal), un ensayo político sobre el futuro de Europa en el contexto de la política de bloques. Por su parte, Jean-François Lyotard hizo el camino inverso. El lunes estuvo en Madrid y ayer concedió una conferencia en Barcelona, dentro de un ciclo de debate sobre arte contemporáneo. Debray manifestó a este diario que da por clausurada su etapa de ensayista político.

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La responsabilidad de Europa

Escritor y asesor del presidente de la República Francesa, François Mitterrand, Régis Debray no cree que sean homologables los géneros narrativos (La nieve quema, El indeseable) y de ensayo (Revolución en la revolución, Crítica de la razón política, La crítica de las armas) que ha practicado. Discrepa de algunos de sus colegas que, iniciados en la investigación teórica, consideran que la narrativa también es una manera de crear teoría porque ésta, en el fondo, es una manera de hacer ficción."Creo que la narrativa y el ensayo están regidos por hemisferios cerebrales distintos. La novela es sensibilidad, historia emociones..., y el ensayo se hace con abstracciones operativas y síntesis. Estoy cansado de hacer trabajar este último hemisferio, y puedo anunciar que cancelo m carrera de ensayista político" comentó el escritor.

Términos vacíos

En una breve charla con este diario, Debray lamentó la frivolización conceptual que, en términos generales, evidencia la actual producción intelectual."Términos como el de intelectual comprometido, se manejan de forma equívoca. Se trata de una creación de los existencialistas a la luz de la conducta de los intelectuales durante el nazismo. Los que fabricaron la mitología del término fueron aquellos que no se comprometieron durante el nazismo. Un filósofo como Cavailler, fusilado por los alemanes, jamás empleó este concepto. En la mitología del compromiso veo una compensación imaginaria, una mala conciencia frente a la ausencia de compromiso real. El intelectual debe comprometerse con la verdad y resistirse, no ya a los alemanes, sino también a las modas".

La frivolización del pensamiento contemporáneo, para Debray, no se puede explicar sin vincularlo a sus formas de difusión. "El modo de transmisión que domina una época influye en el pensamiento de este período. Lo hizo el texto impreso, lo hizo el teatro y ahora son la televisión y los grandes medios de comunicación de masas. Una característica del fenómeno es la búsqueda de la sorpresa, la instantaneidad. El valor de la información reside en su carácter de insólita. Debe ser breve y barroca".

Debray protagonizó una dura polémica con el programa de la televisión francesa Apostrephes. Se dijo que Debray anunció públicamente que pediría al Elíseo su censura y supresión definitiva de la pequeña pantalla. Debray negó a este diario la citada versión.

"Lo que yo denuncié fue la domesticación de los intelectuales por parte del programa la sumisión de los escritores a los caprichos y exhibicionismo del responsable del espacio. Estamos asistiendo al espectáculo de que un escritor no vale por lo que escribe sino por la forma chistosa que tiene de contarlo. Por suerte, los jurados del Premio Nobel no han capitulado en este sentido.

En el caso de Apostrophes me manifestó como ciudadano. "No pedí que cerraran el programa, sino que se multiplicaran los espacios culturales en televisión para que terminara este monopolio. Que de la monarquía se pasara a la democracia".

Con respecto al libro que ayer presentó, Debray plantea una alternativa europea que no puede definirse ni como atlantismo ni como neutralismo. "El atlantismo es seguidismo y el neutralismo un encerrarse en sí mismo. Europa tiene un potencial notable y debe tomar consciencia de su propia fuerza para dejar de ser un protectorado". En este sentido, Debray defiende la existencia de una fuerza nuclear francesa. "La alternativa es que Europa tenga un desarrollo tecnológico serio, una capacidad militar propia para evitar caer en dependencias políticas".

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