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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Los niños de Truffaut

Como Hitchcock, Truffaut observó que tras una obra de empaque y esfuerzo, sangre, sudor y lágrimas hay que hacer otra sencilla, sin problemas, rodada como un soplo. Así, después de su canto romántico e impetuoso que fue La historia de Adela H., Truffaut realizó una película de niños, que no necesariamente para niños, La piel dura. Simplemente una buena película.La piel dura lo es. Es obra de transición, levemente cómica, levemente dramática. No hay en ella golpes de efecto ni énfasis en los personajes; éstos se nos muestran vestidos con sus miserias, a través de una narrativa mansa y serena porque, eso sí, Truffaut, pese a todo, no se desentiende de su historia y la vive intensamente, haciéndola así, a su vez, vivir al espectador, que, libre de ataduras intelectuales, asiste a una biopsia limpia de la vida en provincias, y concretamente de la vida escolar y vacacional de los niños que ahí residen.

Tras esa superficie natural, Truffaut observa, y su ojo -el ojo de su cámara- ve. Ve, como diría Vertov, signos de vida, costumbres y detalles principalmente, claro está, de los chicos protagonistas, pero, en su paso fugaz, tambíén de los adultos. Una película de las llamadas menores, sí, pero poseída de verdades como catedrales, de certezas, sólo eso. ¿Les parece poco?

La piel dura se emite hoy, a las 21.35, por TVE -1.

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