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Manuel Céspedes

El jefe de seguridad del presidente comparte con Felipe González su afición a la pesca

El comisario Manuel Céspedes, de 45 años, experto en estupefacientes y escoltas, se ha convertido desde las últimas elecciones generales en el hombre de confianza en temas de seguridad del presidente del Gobierno, Felipe González. Amigo personal del líder socialista y jefe de su servicio de protección, Manolo Céspedes ha compartido con Felipe, González las artes tradicionales de la pesca, que están ocupando la mayor parte del tiempo de las vacaciones presidenciales. A ambos les gusta salir al mar "a la antigua".

Nadie podía imaginar que el discreto comisario Céspedes, uno de los expertos españoles en tráfico de estupefacientes y posteriormente en protección y escoltas, se iba a convertir en el hombre de confianza del presidente del Gobierno socialista. Natural de Melilla, pero de familia malagueña, Céspedes no puede ocultar un acento y una grasia inequívocamente andaluces. Pasé sus primeros años en Melilla, donde trabajó durante cinco años como redactor en una cadena de radio. "Hacía información general" dice "y programas dirigidos á una, audiencia juvenil".Pero en aquellos momentos ese oficio no debía darle para vivir y se presentó a la oposiciones para el Cuerpo Superior de Policía. Su primer destinó fue Cádiz, donde ingresé en la denominada Brigada Criminal, que investigaba delitos comunes.

"Fui un benjamín de José María Matos Reboredo, uno de los máximos especialistas españoles en estupefacientes" comenta Céspedes, "y posteriormente estimulé la creación de un grupo especializado en estos temas en la Costa del Sol". El jefe de seguridad de la Moncloa fue becado durante cuatro meses en Estados Unidos, donde recogió numerosa experiencia durante su paso por la Drug Enforcement Agency norteamericana (DEA), agencia especializada en la lucha contra ,la droga.

A su llegada a España se presentó a las oposiciones de comisario y fue destinado a San Sebastián, como jefe provincial de la Brigada Criminal. Su paso por el País Vasco le llevaría directamente a Felipe González. "Al presidente lo vi por primera vez en 1980", dice, Céspedes, "durante un servicio de protección que organizamos Lorenzo Pérez Corredera y yo en Madrid con motivo de una reunión de la Internacional Socialista".

Su servicio de protección a los jugadores vascos de la selección española durante los Mundiales de fútbol en España, que fueron amenazados por ETA, le valió el nombramiento de jefe de la Brigada Central de Escoltas.

Céspedes, que se autocalifica de persona de talante progresista que nunca ha pertenecido a ningún partido político, comparte con el presidente muchas horas al día. "Somos buenos amigos" dice, "y es normal que me cuente de todo, porque pasamos muchas horas juntos, pero mi cargo de responsable de seguridad me obliga a ser discreto y prefiero desconocer todas las cuestiones que no son de mi competencia".

Una de las anécdotas que Céspedes recuerda con mayor chispa fue la audiencia que solicitó al presidente el alcade de Lubia, donde pasé sus primeras vacaciones Felipe González tras las últimas elecciones. "El alcalde, un campesino pequeño y erijuto", dice Céspedes, "solicitó formalmente una entrevista con el presi dente. Felipe accedió y le convocó a las 12 de la mañana de un domingo, pero el alcalde respon dió que no podía asistir a esa en trevista porque tenía que ir a misa".

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