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Ramón Fernández: "Me preocupa contar a la gente lo que pasa a mi alrededor"

Andrés Fernández Rubio

Ramón Fernández ha sido premiado recientemente con- el Grifón de Piata en el Festival Internacional de Cine para la Juventud, celebrado en Giffoni Valle Piante (sur de Italia), con su película De hombre a hombre. En ella narra las peripecias de un niño de seis años y de un anciano fugados de sus casas. "La historia que cuento" dice, "la estoy viendo a cada momento en gente que conozco, tanto niños como viejos". El autor de La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona sigue preocupado, tras más de veinte años como director, en hacer un cine directo e inteligible, que cuente "a la gente de hoy lo que pasa a mi alrededor".

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En la filmografía de Ramón Fernández se mezclan películas muy diferentes, algunas nacidas de proyectos propios, como Gay club, y otras producto de encargos, como Las aventuras de Enrique y Ana y El gran mogollón, protagonizada por Pedro Ruiz. "Los directores profesionales en España", señala, "los que vivimos sólo del cine, no lo tenemos muy fácil, porque la industria es pequeña y la estructura económica en la que nos movemos, mínima. La razón por la que hago películas con temas tan diferentes es la disparidad de los encargos que recibo, que no sólo tengo que hacer sino que además debo estar muy contento de que me lleguen. Cuando termino una película desconozco si la siguiente la haré el mes próximo o nunca".

Cineasta irregular

Fernández es uno de los directores más prolíficos del cine español. Empezó trabajando cuando era niño como meritorio, y fue ascendiendo de categoría a medida que realizaba su aprendizaje. "Llevo rodadas", dice, "de cincuenta a sesenta películas. No sé decir el número exacto porque no quiero saberlo, es una superstición".De todos estos filmes, entre los que se cuentan Cuando los maridos iban a la guerra o La muerte ronda a Mónica, el director reconoce su irregular calidad. "Yo creo que soy un artesano", afirma, "como todos excepto los grandes directores, como Buñuel. Si me encargan una película tengo que hacerla lo mejor que puedo, y si me sale mal la razón es que me he equivocado. Yo no busco coartadas, si alguien dice: 'qué mala es esta película', respondo: 'es que me ha salido mal, qué le vamos a hacer, a ver si la próxima la hago mejor".

Ramón Fernández ha sido reconocido por la crítica como un cineasta directo, y su vena popular fue elogiada en su película sobre la peculiar hazaña narrada por Camilo José Cela acerca del cipote de Archidona. Para él conocer la altura a la que personalmente puede llegar es importante. "La realidades", señala, "que yo no hago lo que hacía Buñuel porque no sé. Cuando llegas a una altura de la vida tienes que saber analizar tu realidad. Si yo supiera hacer lo que Buñuel, que en situaciones dificilísimas realizó películas geniales, naturalmente que lo haría".

Este director, que empezó en el mundo del cine en el año cuarenta, ha visto desde entonces en el cine español un cambio sustancial, que considera positivo. "Las últimas generaciones de la gente del cine", afirma, "están muy por encima de las de antes. Yo conozco sobre todo la generación de los cincuenta, y la diferencia está muy a favor de las últimas, y esto es así sobre todo por el factor cultural".

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