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El secuestro del avión de la TWA

El líder de Amal cree que el caso está ya "cerca del final"

La oferta de Nabih Berri de entregar sus cautivos norteamericanos a una embajada occidental en Beirut ha contribuido a desdramatizar la crisis de los rehenes. En un alarde de optimismo, el líder de la milicia shií Amal afirmó ayer que cree que el caso "está ya cerca del final", pero en círculos diplomáticos se opina que la situación no permite aún vislumbrar ningún desenlace a corto plazo.Berri comunicó ayer oficialmente su propuesta al encargado de negocios de Francia, Marcel Laugel. "En principio", afirmó el diplomático francés a su salida del domicilio del jefe de la milicia confesional, "Francia está siempre dispuesta a ayudar, pero trasladar a los secuestrados a una embajada puede ser un asunto a largo plazo que requerirá muchas conversaciones". Fuentes diplomáticas aseguran que París sólo los acogería previo acuerdo con Estados Unidos y por muy breve plazo.

Preguntado sobre su estado de ánimo al término de su encuentro con Berri, Laugel contestó que era comparable "al de una botella medio llena, de optimismo, y medio vacía, de pesimismo", aunque agregó que tenía, por lo menos, un motivo de satisfacción, al haberse enterado, gracias a su interlocutor, de que Marcel Fontaine y Marcel Carton -diplomático y funcionario administrativo, respectivamente-, secuestrados hace meses en Beirut, se encuentran en buen estado y gozan de buena salud.

Otros dos franceses, el periodista Jean-paul Kauffmann y el científico Michel Seurat, desaparecidos hace un mes en esta capital, fueron, al parecer, confiados ayer por sus guardianes a Amal, que les pondrá en libertad con los prisioneros norteamericanos.

Amal, que,junto con sus aliados extremistas del Partido de Dios, vigila a los cautivos, pretende que los norteamericanos sean liberados por la embajada a la que hubiesen sido transferidos cuando regresen a Líbano los resistentes detenidos en la prisión israelí de Atlit.

La fijación de un tiempo límite para la estancia de los ex pasajeros del avión de la TWA en la cancillería francesa presupone que, en el momento de su entrada en el recinto diplomático, esté ya pactado el desenlace del secuestro y que, si los presos shíies cuya liberación exige Berri no han sido aún excarcelados, se disponga al menos de un calendario de su puesta en libertad.

"Francia", comentó un diplomático de un país neutral resumiendo la postura de París, "puede jugar durante unos días el papel de anfitrión de los norteamericanos, pero de ninguna manera está dispuesta a convertirse en el carcelero de unas personas inocentes durante el largo período que pueden durar aún las negociaciones".

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