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Tribuna:El difícil diálogo entre los bloques
Tribuna
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Nuevo capítulo en las relaciones Este-0este

El comienzo de las negociaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética en Ginebra, el 12 de marzo actual (... ) ha marcado el inicio de un nuevo capítulo en la historia del control de armamenos y del desarme. Washington y Moscú no sólo están de acuerdo ,n volver a ocupar su puesto en la mesa de negociaciones, sino que han dado a estas últimas un carácter nuevo, complejo, que, en el diálogo sobre el control de armamentos, engloba ciertas cuestiones esenciales que afectan a la relación entre las fuerzas militares del Este y el Oeste en su interdependencia, ¡sí como a la relación entre las armas defensivas y ofensivas. Además, Washington y Moscú se han puesto de acuerdo sobre algunos :objetivos ambiciosos: elaborar unos acuerdos eficaces con vistas a impedir la carrera armamentista en el espacio y a poner fin a la misrna en tierra, a limitar y reducir los armamentos nucleares y a consolilar la estabilidad estratégica. El objetivo, convenido el 8 de enero entre Estados Unidos y la Unión Soviética -y que es el de tratar de impedir una carrera armamentista en el espacio-, representa una tentativa de control preventivo de los armamentos. Al mismo tiempo, Ginebra proporciona á la Unión Soviética la ocasión de mejorar por la vía de la negociación la situación creada con motivo del avance en armamentos SS-20. El objetivo de las negociaciones sobre el control de armamentos entre Estados Unidos y la Unión Soviética, así como sobre el control de armamentos entre el Este y el Oeste en general, sigue siendo el de establecer una relación estable de fuerzas en el nivel más bajo posible. Esto exige el respeto de los intereses legítimos de todos los participantes en materia de seguridad. Exige también que se esté dispuesto a crear la confianza mediante una mayor transparencia y una verificación eficaz tanto en las negociaciones estadounidenses-soviéticas como en la Conferencia sobre Desarme en Europa (CDE) de Estocolmo, en las negociaciones de la Mutual and Balanced Forces Reduction (Reducción Mutua,y Equilibrada de Fuerzas, MBFR) de Viena y en las negociaciones sobre la prohibición total, a escala mundial, de las armas químicas en el marco de la Conferencia de Ginebra sobre el Desarme. En muchos aspectos las condiciones son favorables a una nueva fase de una política de distensión realista. No obstante, expectativas exageradas por parte de la opinión pública no servirían de ninguna ayuda. ( ... )La voluntad del presidente Reagan de aprovechar su segundo mandato para abrir un nuevo capítulo en las relaciones con la Unión Soviética se acompaña del deseo de los europeos de aplicar nuevos impulsos al proceso de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) en todos los ámbítos. Es de buen augurio el hecho de que, durante ese tiempo, Estados Unidos tenga al frente a un presidente confirmado en sus funciones de manera convincente, y la Unión Soviética, un nuevo secretario general. Un encuentro entre estas dos personalidades en el curso de este mismo año podría influir fávorablemente en los acontecimientos faturos.

La nueva fase de las relaciones Este-Oeste puede recibir fuertes impulsos de las negociaciones de Ginebra. Estas últimas inscriben a los componentes de la seguridad en un amplio contexto y en una perspectiva a largo plazo. Por el hecho de que las necociaciones tgan por objeto los armamentos estratégicos, las armas de alcance intermedio y los sistemas espaciales, se encuentran vinculados entre sí ámbitos esenciales de la relación de fuerzas entre las grandes potencias, de la situación europea en materia de seguridad y de ulteriores evoluciones de una mayor envergadura.

El objeto de las negociaciones de Ginebra afecta a intereses elementales de los europeos en materia de seguridad y de las cuestiones esenciales relacionadas con la seguridad común de la Alianza occidental. Estamos, pues, satisfechos de que los estadounidenses estén dispuestos a propiciar una serie de consultas globales, consultas que acompañarán al proceso de negociación de Ginebra y nos darán la posibilidad de participar en él. Lo que importa es salvaguardar plenamente la unidad estratégica de la Alianza, evitar la inestabilidad y actuar de manera que los aliados de Estados Unidos en Europa occidental participen en el desarrollo de las negociaciones mediante consultas rigurosas y sin recelos, y no se vean apartados de la, innovación tecnológica.

En tanto que no exista mejor estrategia que la de evitar la guerra, la de la respuesta. gradual debe conservar su total validez. Es una estrategia apropiada a tal fin; no debe producirse nada, absolutamente nada que comprometa ese eminente objetivo moral. Por ello, todo nuevo procesó debe ser apreciado según, que nos acerque o no al objetivo de evitar la guerra. No debe producirse nada que haga posible una guerra en Europa, porque incluso una guerra que sólo tuviera lugar por medio de armamentos clásicos convencionales sería para los pueblos de Europa, visto el estado de la tecnología, una catástrofe aún mucho peor que la II Guerra Mundial. No hay que olvidar que la actual estrategia de la Alianza es también la respuesta a la superioridad en armamentos clásicos convencionales de la Unión Soviética en Europa. El examen de las nuevas posibilidades que apuntan a con solidar la estabilidad estratégica debe, pues, en lo que a Europa concierne, englobar también los medios de reducir el desequilibrio en el plano clásico convencional

Por esto es por lo que las negociaciones MBFR de Viena siguen siendo importantes para nosotros.

La Conferencia de Estocolmo so bre las medidas de confianza y se guridad y sobre el desarme en Europa puede crear una base más amplia y una perspectiva de más largo alcance para la discusión de las cuesíiones de seguridad en toda Europa, desde el Atlántico a los Urales. A largo plazo, una es tabilización de la relación de las fuerzas clásicas convencionales en Europa, gracias al control de ar mamentos, constituirá una tarea esencial de esta conferencia. Será importante organizar de una manera equilibrada la nueva fase de las relaciones Este-Oeste que se va a abrir. Esto es de aplica ción a la participación de las grandes potencias y a la de otros Esta dos de la CSCE; a la relación entre las cuestiones de seguridad, las relaciones políticas y la cooperación en todos los ámbitos de interés mutuo; a la relación entre las negociaciones de las grandes potencias en Ginebra y las negociacione multilaterales; a la influencia de los desarrollos globales sobre la si tuación en Europa y sobre la rela ción entre las grandes potencias; de ahí la importancia también de las conversaciones entabladas entre Washington y Moscú sobre Oriente Próximo y la necesidad de incluir en el diálogo otros focos de conflicto. Es de aplicación, por último, a las relaciones bilaterales de todos los participantes: en esto nadie puede excluirse ni nadie debe ser excluido u omitido. Tanto la República Popular de Polonia como la República Democrática Alemana (RDA) deben estar incluidas en esta nueva fase de las relaciones Este-Oeste. Tiene una gran importancia el que los europeos no se limiten al papel de espectadores en las negociaciones entre las grandes potencias. Después de haber mantenido la red de relaciones Este-Oeste en la época en que se encontraban perturbados los contactos entre aquéllas, de ahora en adelante los europeos debemos velar porque la nueva fase no se limite a la relación entre las grandes potencias y a las cuestiones de seguridad, sino que englobe el conjunto de las relaciones Este-Oeste y beneficie plenamente a Europa. Por último, en dicha nueva fase de la política de distensión es preciso preocuparse de tener en cuenta las relaciones políticas y la cooperación económica y cultural, junto al amplio puesto reservado a los componentes de la seguridad.

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Se trata, pues, de aprovechar en el plano político el décimo aniversario de la firma del Acta Final de Helsinki el 1 de agosto de 1985 para dar nuevos impulsos al pro ceso CSCE. (...) Nosotros desea mos para los Estados de la Europa del Este un desarrollo económico sano. Los problemas que los mismos tienen como consecuencia de su sistema socialista no pueden resolverlos más que por sí mismos, pero no tenemos ningún interés en agravarlos desde el exterior. La cooperación de las econo mías, complementarias del Este y del Oeste puede llegar a, ser un puente estable que lleve a una nueva era tecnológica. Los nuevos problenias, tales como los peligros que amenazan el medio ambiente común y que no se detienen. en las fronteras de los sistemas, nos si túan ante nuevas tareas y nueva foririas de cooperación. En todos los esfuerzos de distensión y cooperación los componentes huma nos deben ocupar el lugar que les corresponde.

Los derechos humanos

Por último, la dignidad del hombr debe seguir siendo el fin de toda acción del Estado. Por eso la reunión sobre los derechos humanos prevista para mayo en Ottawa reviste una gran importancia. Esta reunión no puede constituir una confrontación, sino una discusión sincera y una búsqueda en común de las posibilidades que permitan proporcionar a los hombres los derechos y las condiciones de vida a las que tienen derecho en virtud del Acta Final de Helsinki y del Documento Final de Madrid. Buscar la confrontación verbal sería más bien perjudicial para la política práctica en materia de derechos humanos. Lo que importa son los resultados obtenidos en favor de,numerosos destinos humanos (...)

El Fórum Cultural Europeo que tendrá lugar en Budapest revestirá también una cierta importancia política. La identidad cultural de Europa es más fuerte que todas las fronteras entre los sistemas. Promoverla es, pues, una política de futuro orientada hacia una Europa de paz.

En la conclusión del Acta Final de la CSCE y en el estímulo del proceso CSCE, los Estados miembros de la Comunidad Europea han jugado un papel importante. Es preciso que refuercen tadavía más su cohesión para cumplir la tarea que les incumbe en la nueva fase de las relaciones Este-Oeste.

Esto comprende el refuerzo del pi lar europeo de la Alianza Atlántca mediante el relanzamiento de la unión de la Europa occidental, en el que deben ser definidos y armonizados en una línea uniforme los intereses europeos en materia de seguridad, así como en lo que con cierne a los nuevos procesos.

Comprende también unos progre sos decisivos en la construcción de la unión política europea.

Para la República Federal de Alemania (RFA), los tratados firmados en los años setenta con los vecinos del Este siguen constituyendo igualmente una base sólida para la nueva fase de las relaciones Este-Oeste.(... ) Asimismo en esta fase, a los dos Estados alemanes se les asigna una tarea importante. Nosotros queremos hacer cada vez más importante la comunidad de responsabilidades en la que están de acuerdo la RFA y la RDA. ( ... )

Relaciones interalemanas Los dos Estados alemanes deben dar ejemplo a fin de que nunca más parta del suelo alemán una guerra, sino, por el contrario, unos impulsos de paz. Esto responde al interés de todos nuestros vecinos. Las relaciones de la RFA con la RDA continuarán simultáneamente influyendo en el estado de las relaciones Este-Oeste y dependiendo de éstas. Renace la necesidad de una identidad alemana: es natural y está bien que así sea. En ningún momento la organización de las relaciones con la RDA y los demás Estados del Pacto de Varsovia debe descuidar la importancia central de las relaciones concebidas a largo plazo con la Unión Soviética. Las relaciones germ ano- soviéticas continuarán revistiendo una gran importancia para el desarrollo de las relaciones entre el Este y el Oeste en Europa.

Estas relaciones pueden tener también efectos positivos sobre las cuestiones de seguridad. Sería preciso aprovechar el año 1985, 40 años después del final de la guerra más terrible y del comienzo del período de paz en Europa, para poner en marcha medidas en vías a una paz duradera en Europa, a fin de que ésta, tan a menudo desgarrada por las guerras en el curso de la historia y que sirvió de foco de guerras y de violencias, se inscriba en la historia como un continente de paz.

Hans-Dietrich Genscheres ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal de Alemania.

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