Las verdades de Galbraith
Me han llamado la atención algunos párrafos del excelente artículo de Galbraith La pobreza y la abundancia (EL PAÍS, 27 de enero de 1985), en especial lo de que "existe la posibilidad, quizá incluso la probabilidad, de que la gestión global de la economía moderna por los ricos para los ricos fracasase...". Esta especie de razonamiento utópico aclara que Galbraith no es tan pesimista como apuntaba en la cabecera del artículo, porque hay que tener fe utópica para decidirse a razonar sobre lo atado y bien atado: el capitalismo imperialista. A estas alturas se pueden discutir hasta los designios de Dios en el cielo, pero no sobre las probadas divinidades del dios dinero, algo que cuenta con las tres bases o pilares fundamentales: ciencias, armas y letras, incluyendo religiones. De ahí que con los bolsillos y el estómago lleno se piense de otra forma.Pasa a la página 10
Las verdades de Galbraith
Viene de la página 9Hay pobres hartos de pan que son peores que los ricos. De ahí que el señor Galbraith pueda parecer otra vez utópico al creer que "si los pobres acudieran a las urnas tal como hacen los ricos, el efecto político podría ser significativo, incluso sorprendente". Aunque en verdad, y él mismo lo reconoce en este otro párrafo, la comprensión del problema comienza por apreciar cómo, a través de los siglos, los afortunados se las han ingeniado para arrojar de su pensamiento y de su conciencia a los pobres. Tal comportamiento puede incluso encontrar cierto grado de apoyo en las Escrituras: el único consuelo de los pobres es que de ellos será el reino de los cielos- Fernando Gálvez.