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González se reencuentra en París con la elite

José Luis González viaja hoy a París para participar en los primeros Juegos Mundiales de Atletismo en pista cubierta, como integrante de un equipo español de lujo, formado exclusivamente por olímpicos. Es su reencuentro con la alta competición. Después de dos años de fracasos, vuelve con la humildad del principiante a una etapa que consideraba superada: la pista cubierta. El atleta reconoce que está en deuda con los que confiaron en él.

Sus compañeros de trabajo en la fábrica de cementos Asland, muy cerca de donde vive, en Yuncler (Toledo), creen que ha cambiado y dicen: "que éste no es nuestro Pepe, que nos lo han cambiado, pero para mejor, y ahora va a ser cuando se convierta en un fenómeno de verdad. Sigue siendo igual de agarrado, que todavía nos debe una cena desde el día que ganó a Coe, pero ahora es mucho más humilde que antes. Somos nosotros los que tenemos que animarle diciendo que muy pronto volverá a ganar a Abascal".Y José Luis González les recalca una y otra vez que a quien hay que ganar es a los británicos, "no a un compañero que ha elevado al máximo el atletismo español y del que me siento muy orgulloso cuando viajo con él y le piden autógrafos".

José Luis González entró a trabajar en Asland a los 15 años, como tornero. Ahora, 12 años después, es delineante. Tiene un horario flexible, ahora más que antes, pues el año pasado debía comenzar a entrenarse cuando todavía no había amanecido. La empresa le mima y para sus compañeros es como un hijo o un hermano. Ellos jamás le han reprochado sus fracasos y comentan los sustos que les da, como cuando el domingo vieron por televisión que iba segundo en la carrera de Zaragoza. Por que ellos no saben si el que va primero es una liebre o no. Tampoco sabían que el ex número 1 tuvo que poner de su bolsillo 2.000 pesetas porque las dietas no le alcanzaban.

A los 23 años, González era una realidad entre la elite internacional. No se conformaba con codearse entre los mejores. Veía que estaba muy cerca de los que le precedían y tuvo prisa.

El atleta ha llegado a estas conclusiones después de haber reafizado un detenido examen a la película de su vida, tras el fracaso en los Juegos de Los Ángeles, "donde, al igual que el año anterior, en los Mundiales de Helsinki, me eliminaron porque había estado lesionado y porque tuve mala suerte. Desconocía en qué proporción habían influido las causas de mis fracasos, pero me era vital averiguarlo porque en esa mala suerte tenía que haber errores propios y era necesario repararlos", añade.

Excesiva presión

González llegó a la conclusión de que había ascendido en el atletismo demasiado deprisa y que corría con la presión, impuesta por él mismo, de ganar en cuantas pruebas participaba. Y en los momentos de mayor responsabilidad esa urgencia le atenazaba.También advirtió posibles errores de entrenamiento que ahora trata de enmendar. Luego, vinieron las lesiones, "pero que tampoco podían influir hasta el extremo de quedar eliminado a las primeras de cambio, porque mis marcas ahí estaban. Yo no partía de cero, como tampoco parto ahora, y ésa es la confianza que me permite afrontar esta temporada con ánimo, pero con distintos planteamientos que antes", dice el atleta.

Lo que José Luis González no puede evitar es hacer los entrenamientos al cien por cien. "Es una prueba de supervivencia, porque cuando ves que las piernas ya no dan más de sí y duelen, te preguntas si lograrás terminar. Pero los grandes campeones no nacen por generación espontánea, sino a través de los entrenamientos, y es dificil reservarte en ellos".

El día en que ganó a Coe

"Es incuestionable", añade, "que hay campeones que tienen ayudas externas y los que vamos apelo estamos en desventaja, y aún así les ponemos las cosas difíciles, a veces, lo que dice mucho a favor de nuestros técnicos; pero también puedo asegurar que no todos los británicos consienten esas ayudas. Otra cosa es que vivan sólo y para el atletismo, que es a lo que tendríamos que llegar nosotros, aunque es dificil renunciar a tu país, a tu familia y a tu trabajo, porque, quieras o no, cuando pases los 30 años ya tienes que dejar de vivir del deporte. Por eso sigo viviendo en el pueblo, junto a mi mujer y mis dos hijas, y sigo en Asland".Ahora, la gloria de París espera de nuevo a González. Allí fue donde ganó a Sebastian Coe y allí iniciará otra vez, dos años después su ascensión. La Federación Española de Atletismo confía en él y le ha seleccionado para los 1.500 metros de los Juegos Mundiales, junto a Vera.

El resto del equipo español lo forman Heras (400 metros), Trabado y Benjamín González (800), Moracho y Sala (60 vallas) y Ruiz (pértiga). También acudirá Jordi Llopart como invitado a la prueba de 5 kilómetros marcha.

En otras circunstancias, José Luis González hubiera negociado no competir en pista cubierta, pero, como reconoce, "estoy en deuda con los que confiaron en mí en años anteriores y les defraudé. No estoy en condiciones de exigir y he accedido a competir en una especialidad que jamás pensé que volviera a ella, porque en el atletismo hay etapas que se van quemando y yo ya consideraba la pista cubierta como una competición para escolares. Y si consideran que mi presencia también puede ser válida en los próximos mundiales de cross, allí estaré".

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