El diálogo Gobierno-guerrilla en El Salvador, al borde de la ruptura
El diálogo entre el Gobierno y la guerrilla salvadoreña quedó el viernes al borde de la ruptura tras el fracaso de la segunda ronda de negociaciones, celebrada, bajo estrictas medidas de seguridad, en un centro religioso en Ayagualo, a 20 kilómetros de San Salvador. Sólo dos horas después de la reunión, el presidente José Napoleón Duarte apareció en la televisión para rechazar "por anticonstitucional" la propuesta de paz en tres fases presentada por la oposición de izquierdas.
Duarte advirtió que, sólo en el caso de que los alzados en armas modifiquen su propuesta o acepten la que les hizo el Gobierno en la reunión de La Palma, se podría evitar la.ruptura. Duarte insistió especialmente en la imposibilidad de aceptar, como quidire la izquierda, la unificación de la guerrilla y el Ejército actual en unas únicas fuerzas armadas.Las 12 horas de conversaciones en Ayagualo no sirvieron tampoco para que las dos partes se pusieran de acuerdo en un alto el fuego navideño, propuesto por la Iglesia católica, que ha actuado desde el principio como intermediaria de este diálogo. El máximo al que se llegó fue la libertad de tránsito por todo el territorio nacional para los civiles. Las dos partes se pusieron de acuerdo también en la elaboración de un reglamento para el funcionamiento de la comisión mixta Gobierno-guerrilla.
Las esperanzas de una tercera ronda siguen, no obstante, en pie, aunque no se fijase una fecha. Un representante de la guerrilla, el comandante Dagoberto Gutiérrez, entendió las declaraciones del presidente Duarte como un gesto destinado a "los sectores poderosos que se oponen al diálogo".
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