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Chiquito, pero matón

Televisión Española ofrece hoy un Especial James Cagney que sirve casi como pórtico al ciclo que, dedicado al cine negro, se inicia el próximo miércoles. Se trata de una entrevista mantenida con el veterano actor -84 años- durante el rodaje de la que ha sido, hasta ahora, su última película, Ragtime, de Milos Forman, estrenada en nuestro país hace un par de temporadas. Poseedor todavía de una envidiable vitalidad, aunque desplazándose dificultosamente debido a sus achaques, Cagney componía en este filme un personaje tan vigoroso como, los que le hicieron célebre.Su padre era un emigrante irlandés, y de él heredó su tenacidad, la enérgica cabeza, de tamaño un tanto desmesurado teniendo en cuenta su escasa estatura. Su hermana Jeanne le precedió en lo de dedicarse a la interpretación, mientras él estudiaba en la universidad de Columbia y, simultáneamente, trabajaba para pagarse sus estudios y mantener a la familia.

Su primer trabajo fue el de travestí: en el año 1919, en un musical de Broadway. Pronto se hizo notable, sin embargo, por su ductilidad, y a partir del año 1925 empezó a alternar el drama con el musical, siempre en el escenario.

Fue interpretando un éxito teatral, Sinner's Holliday, cuando le descubrió un cazatalentos de la Warner Bros, y poco después protagonizaba la versión cinematográfica de esa obra. A partir de este momento, su físico peculiar -mínima estatura, temple brioso e irresistible simpatía- le convirtieron en uno de los favoritos del público. El enemigo público, Avidez de tragedia, Contra el imperio del crimen, Águilas heroicas, Angeles de caras sucias, The Oklahoma Kid, The roaring twenties, C¡ty for conquest, 13, rue Madeleine, Al rojo vivo, Veneno implacable, A lion is in the streets, What's prize glory?, Busca tu refugio y El rey de la horca son algunos de los títulos que le situaron entre los primeros de su época. Trabajó con William A. Wellman, con Howard Hawks, Raoul Walsh, Nicholas Ray, Henry Hathaway, y John Ford, entre otros, junto a estrellas míticas como el propio Humphrey Bogart o la glamourosa Virginia Mayo.

Todos los géneros

En el capítulo de sus interpretaciones de comedia, hay que anotar El sueño de una noche de verano, de Max Reinhart y William Dieterle, Desfile de candilejas, de Busby Berkeley, Yankee Doodley Dandy, de Michael Curtiz -que le valió un Oscar- y la estupenda sátira Uno, dos, tres, de Billy Wilder.En muchas de ellas demostró su enorme ductilidad, y en muchas tuvo oportunidad de bailar como un consumado maestro. Con la edad y la decadencia de los grandes estudios cinematográficos, fue alejándose de su profesión, pero ello no le impidió reaccionar con entusiasmo cuando Milos Forman le propuso interpretar al cínico jefe de policía de Ragtime.

Hoy, la pequeña y amazacotada figura de James Cagney se yergue gigantescamente para recordarnos la verdadera talla que tuvieron los grandes, irrepetibles actores de un Hollywood que desaparece junto con los ídolos que ayudó a forjar.

Especial James Cagney se emite hoy a las 16.25 por la segunda cadena.

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