El clasicismo de la inteligencia
Xavier Zubiri ha representado, seguramente, el más seno y riguroso intento por elevar la filosofía española a un nivel de coherencia y disciplina que no había jamás alcanzado desde Suárez. La alusión a este tardo escolástico genial no es azarosa, ya que el propio Zubiri se halla, en gran medida, impregnado de la metafísica suareciana. La importancia de Zubiri se irá reconociendo con el tiempo: su obra es, en gran medida, intemporal. En ello estriba su mayor virtud. Pero también, acaso, el principal talón de Aquiles de su potente construcción ontológica y epistemológica, en la que no se concede la importancia que merece a lo temporal ni a lo histórico. Zubiri está llamado a ser un gran clásico de la filosofía española (y probablemente de la filosofía tourt court). En él pueden formarse, todos aquellos que desean que la filosofía sea algo más que improvisación e intuición. En su obra puede hallarse, en vivo, un "trabajo del concepto", de gran estilo, sin concesión alguna a la pereza mental y sin ayuda didáctica que entorpezca la marcha serena, majestuosa e implacable de la inteligencia en su lucha por la comprensión de la realidad.Es Zubiri un ejemplo vivo de filosofía que quiere ser filosofía pura, sin contaminación coyuntural de ninguna especie, sin concesión a la "opinión pública". Zubiri es un Aristóteles del tiempo presente al que acaso le ha faltado la atmósfera adecuada. Ha sido, quizá, un astro sin atmósfera. Significa la consolidación técnica de un lenguaje filosófico en lengua castellana que debe propiciar y fecundar a todos aquellos que partan de la premisa -verdadera- de que la filosofía es, ante y sobre todo, trabajo con el lenguaje