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El jefe de la logia masónica P-2, Licio Gelli, desaparece de la cárcel de Ginebra

Juan Arias

Licio Gelli se ha fugado de la cárcel de Ginebra. La noticia Negó al Parlamento italiano cuando el secretario general del partido comunista, Enrico, Berlinguer, estaba pronunciando una alocución en el curso del debate sobre el discurso programático del nuevo presidente del Gobierno, Bettino Craxi.

Momentos antes, los diputados habían oído en la radio que los neonazis de Orden Nuevo acababan de responsabilizarse del atentado cometido en la madrugada anterior contra el tren Florencia-Bolonia, que por milagro no acabó en una matanza.Todo el día estuvo marcado por la preocupación ante las dos noticias. El Partido Republicano, con un comunicado de su dirección, quiso relacionar los dos hechos afirmando que, desde hace tiempo, se sospechan importantes lazos de solidaridad entre la criminalidad neofascista y el poder oculto de la logia masónica P-2 (Propaganda Dos), de la que Licio Gelli era el fundador y maestro venerable.

Aún no ha sido posible saber si Gelli se escapó de su cárcel modernísima y segurísima de Champ Dollon, en las afueras de Ginebra, por iniciativa propia o bien fue sacado de ella contra su voluntad. Esta última hipótesis es la que defienden sus abogados y las autoridades suizas, ya que, al parecer, se han encontrado signos de violencia física y hasta manchas de sangre en la celda de Gelli y a lo largo del recorrido hasta la salida de la cárcel, mientras sobre su cama yacía un muñeco vestido con su pijama.

Banco Ambrosiano

El juez encargado de la investigación sobre la fuga, Jacques Foez, declaró que "algunos elementos hacen pensar que Licio Gelli no ha salido voluntariamente de la celda".Los abogados insisten en esta hipótesis, porque afirman que sólo 48 horas antes habían conversado con él serenamente sobre el hecho de que el viernes próximo, día 19, el Tribunal Federal de Lausana debía dar el visto bueno para la extradición a Italia de Gelli, detenido en Suiza el 12 de septiembre de 1982 por posesión de documentos falsos.

El nombre de Gelli está ligado a la mayoría de los grandes escándalos que se han sucedido últimamente en Italia y, en particular, la quiebra del Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, el mayor imperio bancario privado de Italia. El tribunal helvético se pronunciará, en todo caso, sobre la demanda.

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Todos los comentarios políticos de ayer subrayaban que, evidentemente, alguien ha organizado la fuga o el secuestro de Gelli para evitar que los tribunales italianos y la comisión parlamentaria sobre la P-2 pudiera interrogarle.

El nuevo presidente del Gobierno, Bettino Craxi, ha comentado que la fuga de Gelli demuestra que "tenía amistades muy potentes". Más duros han sido los radicales, quienes han afirmado que no tiene nada de extraño esta fuga si se piensa que en el Gobierno ha entrado, como ministro de Presupuestos, el secretario socialdemócrata Pietro Longo, a quien se considera uno de los políticos más implicados en la P-2.

Un presentimiento confirmado

Toda la izquierda política, que ha quedado en la oposición en el nuevo Gobierno Craxi, ha subrayado que este hecho gravísimo demuestra claramente que la logia P-2 era más poderosa de lo que muchos querían hacer creer y que se trata de un auténtico poder oculto con capacidad de maniobras a un alto nivel internacional.Entre las fuerzas democráticas hubo siempre el temor de que Gelli acabaría escapándose de la justicia italiana. La misma Tina Anselmi, presidenta de la comisión parlamentaria P-2, declaró ayer: "No quiero aparecer maliciosa, pero últimamente había tenido el presentimiento de que no habríamos podido interrogar a Licio Gelli".

En una entrevista concedida hace unos meses a EL PAIS, el presidente del Banco Nazionale del Lavoro, el socialista Nerio Nesi, uno de los socios del nuevo Banco Ambrosiano, hablando sobre el problema de Licio Gelli y su posible extradición, había dado a este corresponsal la siguiente respuesta, que no fue publicada en aquel momento por voluntad de Nesi: "El problema sobre la extradición de Licio Gelli no está en los magistrados suizos, sino en ciertas fuerzas políticas italianas que no quieren que Gelli vuelva a este país por temor a las declaraciones que podría hacer a nuestros jueces".

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