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Iciar Martínez, una mujer muy apasionada

Con 36 años, es una de las tres atletas que participarán en los mundiales de Helsinki que comienzan hoy

La mayor de los atletas seleccionados para Helsinki dice que lo único anormal en su vida es el maratón. Con 36 años recién cumplidos, esta mujer chiquitita, que parece que se la va a llevar el viento en una carrera, irradia una juventud desmesurada y sueña siempre mientras corre el maratón de su vida. Entre otras cosas, sueña que la gustaría vivir en Estados Unidos, "pero sólo una temporada".

Lleva un anillo en cada mano: no vive con su familia ni tiene marido; no tiene hijos, pero sí tiene muchos novios, "todos los que puedo". Las tres cosas que más quiere son los amigos, la familia y el trabajo. "Correr el maratón es lo único anormal que hago en mi vida".Cuando Iciar nació, todavía circulaba algún carro por las calles madrileñas y las chicharras alborotaban las siestas románticas de la ciudad; era el verano caluroso de 1947. Ella conoció la leche en polvo y los capones en la escuela, y también los cuentos de príncipes azules y hadas malas. Le gustaba tanto correr, que hizo Económicas, rama general, una carrera que le resuelve la vida de ocho de la mañana a cinco de la tarde.

Iciar Martínez se esfuerza en dejar claro que es una persona normal. "De lunes a viernes trabajo en una financiera del Banco de Bilbao, ganándome la vida, como todo el mundo". Después de las cinco, cuando termina de hacer cálculos de mercado y de averiguar el nuevo valor de la peseta frente al dólar, Iciar se entrena. "Para lo que a mí me gustaría, entreno menos de la cuenta". No siempre puede entrenar, "porque no siempre tengo ganas", pero lo cierto es que, sin saber por qué, es adicta a correr desde hace ya 14 años. "El atletismo no es ni mucho menos fundamental en mi vida. Para mí ya no hay globos de colores", dice, "ni siquiera ir a Helsinki me enloquece; me cuesta mucho ilusionarme con algo; debe de ser la edad".

Libros y cine

Pero la edad no se le nota. Tiene lo mejor que ha deseado siempre los mejores amigos. "Me siento una mujer completa en ese sentido. Desde muy pequeñita quise tener buenos amigos, y los tengo. Tengo los mejores, los que nunca olvidan". Con ellos Iciar se da cuenda que es una mujer muy apasionada: "No hay cosa más bonita en el mundo que tener buenos amigos".

De la crisis mundial no quiere opinar. Su licenciatura en Economía apenas si le resuelve su vida "como para pensar en resolver el mundo". Iciar prefiere leer novelas: "Leer es lo que más me gusta. Ahora estoy leyendo un libro que se llama Opus Nigrum, y me está encantando". Le encantó también una película que vio hace poco, Locura de mujer, y al recordarla le viene a la memoria una de John Huston, ya muy antigua, sobre la guerra de los Cien Años: Paseo por el amor y la muerte, "¡y es que me gustó tanto...!".

También le gusta viajar, pero por las ciudades. Arruga la nariz si le mencionan el Tibet o algún país africano. "Soy una mujer asfáltica, no puedo escapar de lo urbano. Los parajes exóticos y lugares recónditos no me atraen demasiado. En Estados Unidos sí me gustaría vivir, pero una temporada; allí hay muchas posibilidades". Reconoce, siempre sonriendo, que no es una mujer solitaria ni le gusta meditar sobre cosas trascendentales: "Prefiero divertirme".

Pero es difícil encontrar a esta mujer trasnochando. No bebe ni fuma y piensa que uno debe tenerle cariño a su cuerpo y cuidarlo, porque la salud es fundamental. "Adoro el deporte. Mantener el cuerpo en forma te permite trabajar más, y leer más, y vivir más".

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