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Tribuna
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Una charla de amigos

El inicio de este nuevo ciclo de sesiones ha supuesto para los mercados de valores la confirmación de un hecho, la incapacidad de definición que vienen arrastrando últimamente las bolsas. Las reservas de las instituciones y la precaución que viene mostrando la barandilla, están logrando hacer de los mercados de valores algo muy parecido a un paseo; ese sitio donde se va a estirar las piernas y charlar un poco con los amigos.Pero no son del todo incomprensibles estas posturas. La barandilla vive del rumor, de la conversación captada a medias y, sobre todo, se mantiene muy atenta a la evolución de las instituciones tradicionales.

Y precisamente ahora, estas instituciones se mantienen en una postura expectante sin que en ningún momento el papel que sacan al mercado sea capaz de provocar el mínimo susto.

Se aprovecha la oportunidad que ofrecen algunos compradores especulativos para sacar algunos títulos, pero nunca se sobrepasan unos niveles muy discretos.

Ante esta situación, no es de extrañar la evolución de las bolsas, que ayer, a nivel de sus índices generales, fue positiva, pero en ningún caso superó el medio punto. Las subidas oscilaron entre 7 y 38 centésimas, dándose estas dos cifras en los mercados mediterráneos, mientras que Bilbao y Madrid variaban 25 y 32 centésimas, respectivamente.

Las sesiones tuvieron prácticamente el mismo contenido en todos los casos y son pocas las notas destacables. Los valores del grupo eléctrico mantuvieron comportamientos muy diferentes entre sí, pero que, en definitiva, muestran lo que el sector puede dar de sí en las actuales circunstancias.

Los valores que ya pagaron dividendo se muestran incapaces de recuperar el 50%, mientras que Iberduero busca una posición cercana a esta cifra para cuando llegue la hora de pagar el suyo.

En lo que se refiere a los valores de segunda fila, la rumorología parece haberse tomado un merecido descanso y, al menos por ahora, las OPAS (ofertas públicas de compra) han desaparecido del mercado. Dentro del grupo eléctrico va a comenzar hoy una ampliación de capital, la de Hidroeléctrica Española, en la proporción de una acción nueva por cada cuarenta antiguas.

El grupo bancario se muestra inusualmente activo, tras el letargo a que se sometió las semanas pasadas. Ayer, el volumen de los saldos de las operaciones por caja para los siete grandes era reducido y tres de estos valores tenían dinero.

El saldo era de 394 títulos a la compra como diferencia de los casi 12.500 que sumaban los bancos Bilbao, Banesto y Santander, con los poco más de 12.000 que tenía el resto. A los tres que eran demandados se sumó el Banco Central, que barrió sus 2.400 títulos, a la hora de mejorar los cambios.

El resto del mercado tan sólo ofrece algunos datos sueltos, como son el pago de un dividendo de 25,20 pesetas en Petróleos, que deja íntegro, junto con 2,46 enteros, y la expectativa generada por Petromed y la Unión y el Fénix ante sus respectivas ampliaciones de capital.

Con todo, las bolsas españolas vuelven a ser el barómetro del mundo económico, detectando en esta ocasión las expectaciones que existen en torno al problema de la reconversión industriar y el resto de medidas que el Gobierno socialista está estudiando actualmente.

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