La tensión internacional impedirá que el año próximo se celebre el referéndum sobre la OTAN, augura Morán

El ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, admitió ayer que probablemente, dada la tensión internacional reinante, no se podrá convocar en 1984 un referéndum en España sobre la OTAN. Al término de la sesión de primavera en París del Consejo Atlántico, Morán indicó que "España ha tenido más participación en los debates que en ocasiones anteriores. Nos sentimos más cómodos" España presentó su reserva al comunicado del Consejo añadiendo que lo comparte en la medida que refleja las posiciones ya expresadas por España en sus relaciones con les países miembros de la OTAN.

Preguntado por la confusión que crea esta frase, Morán se lanzó en una larga oración llena de subordinadas aún más oscuras. Una cosa está clara: la peculiar posición de España en la OTAN está deformando el castellano. Morán explicó luego que, de haber suscrito el comunicado, hubiera podido aceptar unos puntos -Polonia, Afganistán, las acciones fuera de la zona y las relaciones económicas con el Este- que hubieran tenido que ser matizados. Reiteró que España no firmó la doble decisión de la OTAN sobre los euromisiles, y que, por tanto, no se ve afectada por ella, aunque repitiera la comprensión expresada por el presidente del Gobierno, Felipe González."La actitud española es comprendida en la Alianza y no plantea problemas", afirmó Morán. "España", prosiguió, "carece de toda actitud neutralista y está dispuesta a sacar todas las consecuencias, incluido en el campo de la defensa, de su carácter occidental". Lo que está claro es que España es un peso ligero en la Alianza, y por el momento conviene a todas las partes no echar leña al fuego. "La posición española es clara y carente de toda ambigüedad", recalcó el titular español de Asuntos Exteriores.

Una vez más, Morán se refirió al análisis en curso, "que no se puede prolongar indefinidamente", sobre la defensa española. Descartó 1983 como año posible para un referéndum, dadas las tensiones internacionales, que pueden prolongarse incluso bien entrado 1984. Hasta entonces, la postura española no variará. "Si yo pudiese encontrar en otros foros una situación tan cómoda como la que tiene España en la OTAN, los suscribiría", comentó.

El ministro español se refirió a que "a los niveles más altos de la Alianza se comprende que España necesita un tiempo prudencial, no medido en meses, para revisar su postura". Respecto al pueblo español, señaló que "le suministro información, sin ocultar ninguna carta para explicar cuál es la realidad. No puedo explicar si dentro de dos o tres años habrá tensiones en la OTAN".

Para Morán, la principal aportación de España a la OTAN es su propia estabilidad política, señalando que para la participación española a la defensa occidental "no es necesario pasar por la integración en la estructura militar de la Alianza ni por la Alianza en sí". Recordando que España había congelado su integración militar en la OTAN, señaló que ya en las conversaciones previas de septiembre y octubre de 1982 se habían planteado problemas técnicos. España, está claro, está ganando tiempo, estudiando incluso la posibilidad de permanecer en la OTAN sin integrarse en la estructura militar formal. Morán rechazó, por otra parte, toda relación entre los temas OTAN y CEE.

En una intervención en el Consejo, Morán explicó la posición española, para posteriormente abordar el tema de Centroamérica, pidiendo un apoyo a los esfuerzos negociadores del grupo de Contadora. En un simulacro de almuerzo con el secretario de Estado norteamericano, George Schultz, Morán encontró en su interlocutor una coincidencia en la necesidad de encontrar una solución global a este problema. "He notado un progreso en la toma de consciencia y conocimiento", señaló. El ministro español se refirió asimismo a la necesidad de poner término antes de verano a la Conferencia de Madrid con un documento suficiente.