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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Animosidad contra la Iglesia

En este diario de su acertada dirección vengo notando cierta animosidad hacia la Iglesia, así, en general, por causa de lo dicho o escrito por tal obispo o cual cura o incluso por el Papa. En primer lugar, quiero recordar que Iglesia somos todos y cada uno de los bautizados que no ha renunciado a ser lo. Así, yo soy iglesia, usted -supongo- es iglesia. Por ello, si se usa la lupa para criticar la parte negativa -que es abundante- de la Iglesia en sus jerarquías, clero y comunidades religiosas, úsese también para valorar a los obispos Méndez Arceo, Helder Cámara, Casaldáliga (el mártir de El Salvador), obispo Romero (en España también los tenemos) y otros; el mismo Camilo Torres, la madre Teresa de Calcuta, etcétera, que son muchos. Usted mismo, señor director, en un editorial ha vertido conceptos sobre el aborto valorando solamente hechos negativos de la Iglesia (Inquisición, Galileo, guerra civil española), y olvidando hechos positivos (su labor cultural, monumentos, sabios que perduran) y buenos cristianos que no conquistaron, sino que liberalizaron, tales como el padre Las Casas.

En lo referente a la guerra civil española (mejor fuera olvidarla) se la asocia con el llamado bando nacional y con los desaguisados cometidos en el mismo; pero no se tiene en cuenta que la Iglesia española fue tremendamente perseguida con el consentimiento tácito de algunos Gobiernos de la República; y ya en la guerra civil, en el bando rojo fueron sacrificados doce o trece obispos y más de 6.000 sacerdotes y miembros de órdenes religiosas, sólo por ser lo que eran.

Pero no se quiere tener en cuenta que en los cuarenta años de dictadura, además de tirar de incensario al régimen, hubo una buena gente de esta tan vituperada Iglesia, con obispos incluidos, que estaba claramente alineada con el pueblo doliente y alienado; y este pueblo tuvo para sus luchas dependencias y hasta templos de la Iglesia, con plenos permisos, cuando, en virtud del concordato vigente, eran los únicos lugares libres a los que no tenía acceso la policía.... aunque se lo llegaron a saltar a la torera las FOP. Y esto ocurría cuando tantísimos que hoy se autoproclaman luchadores, incluso siglas de buen ver, se hallaban de vacaciones. Item más, organizaciones marginales de la Iglesia, tales como la HOAC, JOC, VOJ y otras, así como sus publicaciones, se manifestaban explícitamente en favor de los oprimidos y en contra, por tanto, del régimen que los oprimía. /

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