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Doble escándalo de evasión de impuestos y soborno en la RFA

Políticos alemanes, tanto del Gobierno como de la oposición, parecen implicados en un doble escándalo de corrupción y evasión de impuestos, del que informa en su último número el influyente semanario germano-occidental Der Spiegel.

Entre los sospechosos de haber aceptado sobornos del gigantesco consorcio industrial Flick a cambio de importantes favores fiscales figuran el ministro de Economía, Otto Lambsdorff, liberal; el presidente del Dresdner Bank, Hans Firiederichs; los ex ministros socialdemócratas de Hacienda Hans Matthoefer y Manfred Lahnstein; el ministro de Economía de Baden-Wuerrttemberg, Rudolf Ebrie, cristianodemócrata, así como varios directivos de la citada empresa.

Strauss como testigo

El semanario publica además extractos de interrogatorios de varios testigos tan destacados como el jefe del Gobierno bávaro y presidente de la Unión Cristianosocial, Franz-Josef Strauss, consejero del empresario Friedrich Flick, y el jefe del grupo parlamentario cristianodemócrata y cristianosocial, Alfred Dregger.En unas declaraciones al dominical Bild Am Sonntag, esos dos políticos conservadores han acusado al semanario de difamación por mezclar en su información sospechosos y simples testigos.

Consorcio Flick

El escándalo denunciado por Der Spiegel se refiere a varias operaciones realizadas en el pasado por el consorcio Flick, entre ellas la venta de un paquete de acciones del fabricante de automóviles Daimler Benz y diversas inversiones en Estados Unidos, por las que no pagó los correspondientes impuestos.Gracias a los supuestos buenos oficios de algunos políticos y a ciertas declaraciones falsas de la empresa, Flick se benefició de las importantes desgravaciones fiscales que establece la ley para las inversiones consideradas como especialmente beneficiosas para la economía de la República Federal de Alemania.

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Según las filtraciones del asunto a la Prensa, que está todavía sub judice, el consorcio Flick tenía tres cajas, la tercera de las cuales se nutría de dinero evadido al fisco y servía para sobornar a los políticos que se ofreciesen a ayudar a la empresa en sus más que dudosas operaciones.

De probarse los cargos contra Flick, que con su volumen anual de negocios, próximo a los 4.000 millones de dólares, es uno de los más importantes del sector industrial alemán, Flick habrá de devolver al fisco casi doscientos millones de dólares que no pagó en su momento.

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