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Entrevista:

Arístides Royo confiaba en la Guardia Nacional semanas antes de ser depuesto

El pasado viernes Arístides Royo, presidente de Panamá, presentaba su "renuncia irrevocable por motivos de salud" a la primera magistratura de la nación. Semanas antes había mantenido una entrevista con EL PAIS en la que exponía sus puntos de vista sobre la evolución del régimen creado por el general Omar Torrijos, manifestaba su opinión sobre la que debería ser la futura política interamericana -en la que los Estados latinoamericanos deberían constituir su propia organización- y mostraba su confianza en la guardia Nacional, panameña, que contemplaba "al servicio de los mejores intereses del pueblo". En el momento de realizarse esta entrevista la atmósfera política panameña se veía cruzada por rumores sobre el futuro del presidente Royo a había quien le situaba en un cercano futuro en la secretaría general de la Organización de Estados Americanos. (OEA). Algunas de sus manifestaciones pueden servir para comprender parte de las causas de su dimisión.

"El canal de Panamá tiene peces asombrados". Así empezaba un poema que un estudiante de Derecho escribió en Salamanca a comienzos de los años sesenta; al iniciarse aquella década, tan regordada, en la que el mundo parecía abrir época dorada, duradera y para todos. Cuando los Beatles comenzaban a hacer su música y Julio Cortázar escribía Rayuela. Cuando en Salamanca se escuchaba a Nat King Cole, se leía a Kafka y a Joyce, se veneraba a Machado y a Unamuno y se descubría a Büchner con Leonce y Lena.Aquel estudiante poeta se licenció en Derecho con premio extraordinario, se doctoró en Bolonia, amplió estudios en París y Londres e inició el ejercicio de la abogacía con éxitó. Pero estaba aquel canal que cruzaba el país por la mitad, navegado por transatlánticos. Aquel tajo inmenso de aguas panameñas que discurrían por tierras sobre las que la soberanía era extranjera, creando una situación que tenía a los peces asombrados y a los hombres alterados. Y por eso no debíó resultar difícil que acudiera a la llamada de la acción política de su país y guardara la toga. Accedió al Gobierno de la República, y como ministro participó en las negociaciones para obtener la devolución de la soberanía de¡ canal en un plazo cierto.

Y un día, cuando los nietos de aquellos peces asombrados del canal de Panamá -que él cantara- se volvieron jubilosos porque sus nietos serían completamente panameños, a él lo nombraron presidente de la República.

'Una organización de Estados latinoamericanos'

Pregunta. Cuando aún están recientes los últimos empeños de Arístides Royo en la lucha integradora de una América Latina unida, fuerte e independiente; cuando no han desaparecido de los periódicos las noticias sobre la penúltima causa que ha constituido la guerra de las Malvinas y aún se escuchan las voces de indignación de los países latinoamericanos, ya corren rumores que pretenden alejar a Royo de su objetivo. Se dice que va a ser el próximo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) cuando concluya su mandato como presidente.

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Respuesta. Sí, efectivamente; en algunas ocasiones, algunos jefes de Estado latinoamericanos o personal de la OEA me han hablado acerca de esta posibilidad, y yo lo he meditado. Pero una posición así en la OEA, de un panameño que ha sido presidente, creo que les haría daño, tanto a la propia organización como a mi propio país. Porque Panamá ha venido sosteniendo en distintas ocasiones -y no ahora solamente con mi gobierno, sino en anteriores momentos- que se hace imperativo un cambio profundo en la Organización de Estados Americanos, que es una. especie de sitio donde se retiran algunos diplomáticos y que no dispone tampoco de los mecanismos que la hagan realmente efectiva. En vez de ser una organización que resuelve conflictos, no deja de ser sino un foro donde se van a decir algunas cosas.

Sólo con un tipo de organización distinta y diferente valdría la pena ejercer una secretaría general de esa organización.

Por otra parte, Panamá ha sostenido posiciones muy distintas, a las tradicionales. Nosotros somos algo así como el niño terrible en América Latina. Hemos criticado regímenes, les hemos dicho a unos que no prohiban la lectura de algunos literatos, a otros les hemos dicho que tienen que mostrar un programa de democratización, a otros les hemos criticados su actitud frente a los derechos humanos. En otras palabras, Panamá es un país no alineado, muy independiente en su política exterior. Y yo creo que esa actitud, hay que seguirla manteniendo tanto aquí como en el seno de la OEA. Si ésta no está preparada para ese tipo dé actitudes, más vale no meterse.

P. En cualquier caso, Panamá no renunciará nunca a su participación en la OEA aunque sea en la situación actual?

R. No, Panamá ha venido sosteniendo que este foro debe mantenerse. Pero deseamos que sea el foro donde estén Estados Unidos, los países que están como observadores y todos los Estados que forman América. Panamá está auspiciando en estos momentos, y sobre todo a raíz del conflicto de las Malvinas, la creación de una buena organización que sea exclusivamente de Estados latinoamericanos, para que América Latina cuente con un bloque, cuente con un área, cuente con una región llena de recursos minerales, llena de recursos naturales, y que toda esta potencialidad de habitantes y de recursos pueda volcarse en el seno de una organización. El que está más cercano a ese tipo de organización es el Sistema Económico Latinoamericano (SELA), pero en el SELA generalmente se ventilan solamente problemas económicos, y nosotros queremos una organización donde se ventilen problemas sociales y políticos también.

P. ¿O sea, dentro del seno de la OEA lo que ocurre es que Estados Unidos mantiene una hegemonía como la que tienen las cuatro potencias grandes en las Naciones Unidas mediante un derecho de veto implícito?

R. Algo parecido, aunque en la Organización de Estados Americanos no hay veto como hay en la ONU. Pero sí hay muchos países que, por ejemplo, cuando llega el momento de criticar la actitud norteamericana no se atreven. Sin embargo, este caso de las Malvinas ha sido inaudito, porque, la inmensa, la muy inmensa mayoría (salvo un par de excepciones: el caso de Chile y Colombia) de los Estados latinoamericanos condenaron la actitud norteamericana y apoyan evidentemente a Argentina en su recuperación de las Malvinas. Yo sé que en España esto ha traído algunas interpretaciones, sobre todo del sector izquierdista de la política española, de que se estaba apoyando a Galtieri, de que se estaba apoyando un régimen militar. Yo creo que esto ha sido un ligero desenfoque de la situación. Los países democráticos que han apoyado a Argentina en las Malvinas apoyan un principio, una causa anticolonialista, no a una dictadura.

P. Panamá exige trato paritario para todos los países en los organismos supranacionales. Panamá pregona democracia. Pero ¿existe una democracia en Panamá desde la que plantear estos postulados?

R. El hecho de haber sufrido algunos percances en la democracia panameña quizá nos ha dado un poquito de autoridad para clamar por la democratización de otros países. En Panamá hubo un golpe de Estado en 1968 protagonizado por militares. Allí se produjo el liderazgo de un militar, el general Omar Torrijos, que fue un luchador de talla mundial por la soberanía de Panamá en la antigua Zona del Canal, pero institucionalmente ese régimen de hecho se fue transformando en un régimen formal, en un régimen de derecho, y hoy día nosotros tenemos ya prevista la democratización plena del país mediante las elecciones populares, generales y directas para presidente y vicepresidente de la República en 1984; se han hecho cambios de la Constitución política para mejorar esta democratización. Existen todos los partidos políticos.

'La Guardia Nacional está al servicio del pueblo'

P. Según esto, ¿las fuerzas militares de este país son una fuerza fundamental y esencialmente democrática?

R. La Guardia Nacional no es realmente ejército. Hay un concepto diferente al que se tenía antes en este país de esa clase de instituciones. La Guardia Nacional era una institución armada que estaba casada en primeras nupcias con la oligarquía de este país, con los más altos intereses de los personeros de los distintos regímenes. Era una guardia que servía para atropellar a los estudiantes, para echarle los caballos a las manifestaciones de. los estudiantes era una guardia que se utilizaba para proteger los intereses particulares. Desde 1978 para acá, la Guardia Nacional no ha tenido que salir a atropellar a estudiantes, ya no hay muertos en las calles producidos por las tropas de la Guardia Nacional, y es una Guardia Nacional que está al servicio de los mejores intereses del pueblo, defendiendo a los campesinos, defendiendo a los estudiantes, defendiendo más bien a la gente humilde. Se produjo la salida del poder de la oligarquía, de los hombres que tradicionalmente dominaron la escena política durante más de sesenta años de vida republicana independiente. Ellos conservan su poder económico porque no se les han quitado sus bienes, pero ya no ostentan el poder político que tenían junto al económico. Ha habido un cambio, ha habido un acceso al poder de la clase media preparada, o de la clase pobre que se preparó y se convirtió en clase media.

P. Si esas personas a las que se retiró en un momento determinado el poder político triunfaran en las próximas elecciones, a través de los mecanismos que se han establecido, ¿la Guardia Nacional respetaría íntegramente este resultado?

R. La Guardia Nacional ha dicho que respetará la voluntad del pueblo manifestada en las elecciones, Y así lo hará. Por otra parte, nosotros consideramos que el pueblo ya ha abierto bastante bien los ojos, que no se va a dejar engañar por la misma gente que le estuvo engañando durante tantas décadas. Creemos que se ha producido un cambio en el sentido político del pueblo de Panamá.

P. ¿Cuál debe ser la función del Ejército dentro de una organización democrática nacional?

R. Nosotros creemos que el éxito de la permanencia de una democracia en estos países de América Latina (yo no puedo decir mucho de España, que puede ser otro ejemplo distinto) estriba, a mi juicio, en una adecuada relación entre militares y políticos. Que se converse, que se dialogue. Esa falta de adecuada relación es la que ha producido muchos golpes de Estado, es la que ha producido la permanencia de muchas dictaduras en América Latina.

'La guerrilla es rebeldía frente a situaciones dadas'

P. ¿Y ese fenómeno tan extendido de las llamadas organizaciones de liberación nacional?, ¿cómo se ve desde Panamá a esos movimientos?

R. Hay que verlo con cierto sentido de respeto, y le voy a decir con toda franqueza cómo los estamos viendo desde acá. En primer lugar, no deja de representar una rebeldía frente a situaciones dadas durante muchos años. ¿Por qué en El Salvador se va a la guerrilla? Porque en El Salvador las castas que gobernaron a ese país durante muchos años se hicieron castas completamente cerradas por la suma de poder que acumularon entre sí. Y habría que ver que las catorce familias principales de El Salvador detentaban prácticamente del 70% al 80% de las tierras cultivadas, y allí no penetraba ninguna reforma agraria ni penetraba ninguna acción de titulación de tierras o de patrimonio familiar.

Si uno va al caso de Guatemala y observa por qué hay guerrillas en Guatemala, se entiende que es por situaciones semejantes. Y cuando uno mira (con el cariño con que uno miró siempre) a esos muchachos, casi chiquillos, los sandinistas, que se lanzaron contra Somoza, es porque esta familia tenla inscrito un país en el registro de la propiedad, era su hacienda, y entraban absolutamente en todos los negocios. Y la rebeldía se fue incubando de tal forma que degeneró en la guerra civil que terminó con Somoza.

En los países donde hay guerrillas (y es la política sostenida constantemente por Panamá), solamente un diálogo entre las partes en conflicto puede solucionar las situaciones. En aquellos países que felizmente no tienen problemas de guerrillas (Honduras, Costa Rica y Panamá), yo creo que hay que hacer absolutamente todos los esfuerzos para evitar que éstas puedan surgir. En el caso de Nicaragua puede darse el hecho de que surjan movimientos guerrilleros al revés. Me explicaré: los movimientos guerrilleros son clásicamente izquierdistas. En Nicaragua se puede dar un movimiento de carácter derechista en pro de una guerrilla, caso enunciado, por ejemplo, por Edén Pastora; el caso de Alfonso Robelo, donde frente al ultraizquierdismo del régimen, según aseveran, se justifica una acción ya de carácter armado. Ambas tendencias hay que tratar de evitarlas.

'La empresa privada se atemoriza rápidamente'

P. Otro de los sectores de los que me gustaría definir su función y su importancia es el de los intelectuales. ¿Existe una fuerza en este país integrada por intelectuales como tales?

R. Son los que más opinión generan aquí. Escriben de política, de arte, de literatura. Hay una literatura muy amplia, muy abierta. Los intelectuales de oposición utilizan la literatura para atacar. Los intelectuales que favorecen al Gobierno utilizan la literatura para favorecer acciones revolucionarias de nuestro Gobierno. Hay un gran respeto. Generalmente son gente que trabajan en los periódicos, colaboran en los periódicos. Por eso el panameño puede gozar de la labor intelectual a través de artículos de Prensa. Se escribe y se publica bastante en nuestro país. No obstante ser un país pequeño, yo diría que el panameño publica bastante.

La banca internacional que está presente en Panamá no pretende tener influencia política en el país. Muchos de esos bancos son los que sólo operan internacionalmente. Se llaman bancos off shores, o sea, fuera de las costas panameñas.

Las leyes nuestras han facilitado la creación de un centro bancario internacional. Hay muchos de estos bancos que sí participan activamente en los créditos, por ejemplo, de la agricultura, en los créditos al comercio local, y operan con licencia general, pero la banca extranjera no interviene en política. Los empresarios panameños son otra cosa. Esos sí actúan en política, incluso algunos mantienen posiciones de extrema derecha. El otro día, el presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada, que es una persona muy respetable, decía públicamente por televisión que, con la llegada de aviones a Panamá de la compañía Aeroflot, la URSS pretende realizar operaciones en nuestro país. (¡Haciendo una escala!) Que eso podría destruir la democracia panameña, en otras palabras. La empresa privada se atemoriza rápidamente, se asusta y piensa que algunas acciones del Gobierno pueden echar al traste la democracia. Esa es parte de su idiosincracia, parte de la defensa que ellos tienden a hacer de sus intereses, y creemos que en algunas ocasiones pueden tener razón y en muchas ocasiones también equivocarse.

'Panamá tiene un futuro'

P. Y el futuro de Panamá ¿cómo se ofrece?, ¿qué puede hacer Panamá?

R. Si nosotros seguimos así, con paz y con bienestar social, un país que gasta mucho en la educación y en salud, un país donde se respeten las libertades fundamentales, los derechos humanos; si seguimos creciendo y seguimos entendiendo las posiciones, haciéndonos y dándonos a respetar, yo creo que Panamá tiene un futuro, que puede colaborar en las distintas tareas de solución de los conflictos, mediante medios pacíficos, en todo nuestro continente. Una de las luchas que próximamente le espera a Panamá es la de la creación de ese foro netamente latinoamericano que cuando llegue a crearse no tengo duda va a ser muy eficaz. Y esto no es idea mía, es una idea de muchosque me han antecedido en distintas posiciones latinoamericanas de importancia. Cuando esa organización se cree, lo primero que tiene que hacer es solucionar las distintas diferencias bilaterales que separan a muchas naciones latinoamericanas. Eso lo tiene que hacer Nicaragua con Colombia, Perú con Ecuador, Chile con Argentina, Colombia con Venezuela, Venezuela con Guayana, Honduras con Nicaragua, Nicaragua con El Salvador. Cuando esas situaciones de diferencias, que todavía existen, sean solucionadas, América Latina se podrá tranquilamente sentar a conversar sobre distintos temas de mutua colaboración y entendimiento.

P. Presidente, alguien puede pensar que el canal de Panamá es el elemento aglutinador de la nacionalidad panameña, que ha sido y es lo que conexiona la nación panameña.

R. Yo creo que no; el elemento aglutinador de la nacionalidad panameña vino porque en 1821 nosotros, inspirados por un sueño de Simón Bolívar, de crear una confederación de países que se llamaron Confederación de la Gran Colombia, nos unimos a Colombia como se unieron Venezuela y Ecuador. Cuando Venezuela y Ecuador se separaron de Colombia, de la confederación, porque tenían Ejércitos, Panamá intentó hacer lo mismo en 1830, y los colombianos no nos dejaron. Desde ese momento comenzó el sentido de nación, porque Colombia no solamente no nos dejó independizarnos, separarnos de esa confederación, sino que nos convirtió en un departamento. Y así durante varias décadas Panamá estuvo luchando constantemente por su separación de Colombia, y allí se fue acrisolando el sentido de nación que tiene Panamá. La lucha frente al canal lo que ha hecho es unir a los panameños entre sí, alrededor de una causa: la soberanía sobre el canal de Panamá.

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