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El proceso por la rebelión militar del 23 de febrero

El coronel San Martín afirma que el mensaje que llevó a Pardo al Congreso estaba autorizado por la Zarzuela

El coronel José Ignacio San Martín, ex jefe de estado mayor de la División Acorazada (DAC), aseguró ayer ante el tribunal que juzga a los procesados por el intento de golpe del año pasado que estaba convencido de que el mensaje que llevó a Pardo Zancada al Congreso, para que éste abandonase su actitud, contaba con el visto bueno de la Zarzuela e incluso del propio Rey. En ese mensaje se decía que Pardo había actuado "por amor a España y fidelidad al Rey". Algunos de los defensores de los principales implicados insistieron una y otra vez sobre el tema en un aparente intento de poner en tela de juicio el papel de la Corona en esas horas. San Martín declaró igualmente que aceptó "con reservas", hasta que lo supo Juste, el plan propuesto por Pardo Zancada la tarde del 23 en el cuartel general de la DAC y que ha sido mejor para sus antiguos compañeros y para el general Juste que no les contara desde el primer momento lo que sabía.

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García Carrés, el único civil encausado, no estuvo ayer presente en la sala, en la decimosexta sesión de la vista del proceso por el 23-F. Tampoco compareció ningún representante de Diario 16, medio al que ya le ha sido devuelta la acreditación para asistir al juicio.Afirmó San Martín ayer, al comienzo de la sesión, que no recordaba si la decisión de convocar a los mandos de la División Acorazada, a las cinco de la tarde del 23-F, fue tomada o no por el comandante Pardo Zancada. Sí recordaba, sin embargo, que la idea era que los jefes de la división estuvieran en el cuartel general de la Brunete antes de que llegaran el propio coronel San Martín y el general Juste, que habían cancelado su presencia en unas maniobras, que se celebraban en Zaragoza, y regresaban precipitadamente a Madrid al ser avisatdos de que algo importante iba a ocurrir en esta capital. La convocatoria de la reunión, declaró el procesado, fue hecha por Pardo Zancada, con el respaldo de San Martín, por ser el comandante el jefe más caracterizado de los jefes de estado mayor que se encontraban en el cuartel general de la Brunete en la tarde del 23 de febrero.

Reconoció que a los mandos de la Brunete convocados para la reunión se les dijo que el motivo de la misma era saludar al anterior jefe de la División, general Torres Rojas, que se encontraba en Madrid, como excusa para evitar indiscreciones. Dijo que no le constaba que dicho general hablara con los mandos antes de que llegara Juste al cuartel general. Luego relató que, cuando llegó a la unidad, Juste se entrevistó primero con el general Yusty, y luego entró a su despacho con él. Le consultó el coronel procesado a Juste si pasaban a la reunión los mandos de la división y el general Torres Rojas, que se encontraban allí, y aquel respondió afirmativamente. Una vez todos en el despacho, declaró San Martín, él pidió autorización para que Pardo Zancada, que el día anterior había estado en Valencia, comunicara una información importante que traía.

San Martín dijo que Pardo Zancada comentó que un hecho grave iba a producirse esa tarde en Madrid, aunque no concretó que el hecho fuera el asalto al Congreso de los Diputados. Relacionó esta operación con Miláns y Armada del que, recordó San Martín, dijo Pardo Zancada que estaría en la Zarzuela cuando ocurriera ese hecho. Indicó a este respecto que algunos de los mandos reunidos intuyó pronto qué tipo de acción iba a producirse y que, incluso, alguno comentó: "¿Verde con asas?... en el Congreso". El procesado declaró que él estuvo callado deliberadamente a lo largo de toda la reunión, porque esperaba una decisión muy importante que debía adoptar su general jefe.

A preguntas del fiscal, San Martín precisó que en la reunión sólo intervino Pardo Zancada y manifestó su impresión de que única mente este comandante, Torres Rojas, él mismo y, en cierto modo Juste, porque él le había contado algo, sabían que iba a producirse un hecho grave.

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"Juste no se opuso a ninguna orden"

Negó que las órdenes que se distribuyeron luego estuvieran preparadas de antemano. "Hasta tal punto esto es verdad", reveló San Martín, "que hubo que mirar las páginas amarillas de la guía telefónica para saber las direcciones de las emisoras de radio a que debían dirigirse las unidades de la División Acorazada". Indicó también que la orden de que a las cinco de la tarde del 23-F no salieran de paseo ni la tropa ni los mandos, fue cursada por el estado mayor de la división cuando el general Juste y él llegaron al cuartel general.

-Fiscal: ¿Dijo usted en la reuníón de mando que el general Miláns del Bosch sería el encargado de llamar al capitán general de Madrid, cuando Juste quiso hablar con éste?

-San Martín: No lo recuerdo. Pero ¿acaso no tiene declarado Juste que nadie le impidió llamar al capitán general?. Además, ¿es que el general de una división tiene obligación de cumplir las indicaciones que le hace el jefe de su estado mayor?.

-Fiscal: ¿Qué tiempo pasó desde que informó Pardo Zancada hasta la distribución de órdenes?

-San Martín: Unos diez minutos.

-Fiscal: ¿Cree usted que el general Juste había podido superar ya el tiempo necesario para adoptar la iniciativa, siendo un hombre tardo en decidir?

-San Martín: No lo sé. Pero Juste no se opuso a ninguna orden. Y si él llega a decir que no saliera la división, ésta no habría salido. Además, el mando es el mando y tiene que asumir sus responsabilidades.

-Fiscal: ¿Alguno de los reunidos puso reparos o pidió que se contrastara la información que había facilitado Pardo Zancada?

-San Martín: No. La mención a su majestad el Rey fue como un resorte. Todos nos dispusimos a obedecer ciegamente.

En este sentido afirmó que las órdenes que se distribuyeron fueron leídas en voz alta y nadie puso reparos. "Hasta el mismo general Juste dio su visto bueno a ellas", añadió el coronel declarante. Luego se responsabilizó de haber enviado, por dos veces, a La Voz de Madrid al procesado capitán Batista, quién se había ofrecido voluntario porque conocía al jefe de programación de la emisora.

La incredulidad y la obediencia de Juste

-Fiscal: ¿Le hizo algún comentario el general Juste cuando, en llamada telefónica, le dijeron de la Zarzuela que el general Armada no estaba en el palacio?

-San Martín: Sí. Algo así como una expresión de Incredulidad, como diciendo: "Ve, ya me pensaba yo que no iba a estar allí". Yo le respondí que, para mí, la palabra de Pardo Zancada era dogma de fe, y éste había dicho que Armada se encontraría en la Zarzuela.

-Fiscal: Tras hablar por primera vez con el capitán general, ¿cuál fue la actitud del general Juste?

-San Martín: Pues, la misma que la mía: la de obedecer. Se adelantaron las contraórdenes para que no salieran las unidades, o para que volvieran las que hubiesen salido.

-Fiscal: ¿Se comprobó la recepción de estas órdenes?

-San Martín: Sí. Entre las nueve y las diez de la noche se hicieron las comprobaciones oportunas.

-Fiscal: ¿Conocía Pardo Zancada la contraorden; es decir, la orden de acuartelamiento?

-San Martín: Pienso que sí. Y creo recordar que la orden de acuartelamiento se cursó también a la policía militar de la División Acorazada.

Reveló luego el procesado que el télex remitido por el Rey a todas las unidades en la noche del 23-F, en el que se indicaba que las órdenes debían ser canalizadas a través de la Junta de Jefes de Estado Mayor, no llegó a conocerlo el estado mayor de la División Acorazada, porque se quedó en la Presa del general Juste, debido a que no se creyó necesario difundirlo porque la orden se estaba cumpliendo ya.

El "acto de sacrificio" de Pardo Zancada

-Fiscal: ¿Le dijo el comandante Pardo Zancada que iba a ir al Congreso de los Diputados?

-San Martín: En concreto, que iba al Congreso, no. Lo que dijo es que se sentía humillado por lo que estaba pasando, y que estaba dispuesto a hacer un acto de sacrificio Yo le dije que no hiciera ninguna locura.

-Fiscal: Cuando le dijo Pardo lo de la acción de sacrificio, ¿le comentó que fuera a consultarlo con los procesados capitanes Pascual Galves y Alvarez Arenas?

Declaró San Martín que vio a Pardo Zancada cuando pasaba de otro despacho al suyo, atándose las botas, y le dijo: "Bueno, Ricardo, ¡no hagas tonterías!" y se marchó a su oficina con el convencimiento de que el comandante no iba a salir. Recordó que cuando salió la columna mandada por Pardo Zancada, él se encontraba o en su despacho o en el de Juste, pero dijo que ni uno ni otro escucharon ni vieron la salida. Precisó que, media hora después de que Pardo Zancada abandonara el acuartelamiento, se lo comunicó el capitán Tamarit, por lo que se dirigió al despacho de Juste, que en ese momento hablaba con el capitán general de Madrid. Juste le preguntó si eran de la División Acorazada los hombres que habían ido al Congreso, y el procesado contestó afirmativamente, por lo que inmediatamente fue a enterarse del número exacto de los hombres que habían salido.

San Martín dijo que, posteriormente, le comunicaron que debía trasladarse a capitanía general, donde le pidieron que telefoneara al comandante Muñoz Grandes, ayudante del Rey. Este, precisó el declarante, le dijo que había pensado en él como la persona más indicada para hacer desistir a Pardo Zancada, a lo que contestó el procesado que antes debía hablar con el capitán general, que era quien le había mandado llamar. Quintana, según declaró San Martín, le pregunto qué había sucedido con Pardo Zancada, a lo que aquél le contestó que lo desconocía, pero que tenía constancia de la gran fideli-

El coronel San Martín afirma que el mensaje que llevó a Pardo al Congreso estaba autorizado por la Zarzuela

dad al Rey del comandante y que acaso habría desobedecido el mensaje del Monarca porque no lo conocía.Un mensaje para convencer a Pardo

Tras la conversación con el capitán general, declaró San Martín, volvió a llamar a Muñoz Grandes, con el fin de redactar un texto destinado a Pardo Zancada, que la Zarzuela aprobó. Del mensaje, recordó el coronel procesado, tomó nota el capitán general, antes de enviarlo al Congreso. Afirmó que, una vez allí, entregó el mensaje a Pardo Zancada, quien, después de leerlo le dijo que con el trabajo que le había costado entrar, se veía imposibilitado para salir. Declaró San Martín que pidió a Pardo Zancada que leyera el mensaje a los capitanes de la División Acorazada que le habían acompañado y que el comandante, tras consultar con Tejero, lo leyó a aquellos, quienes decidieron no abandonar el Congreso.

-Fiscal: ¿Prestó usted su colaboración a los hechos ocurridos el 23 de febrero?. ¿Aceptó la propuesta que le transmitió el comandante Pardo Zancada?

-San Martín: Sí la acepté, con reservas, hasta que lo supo el general Juste. Que piensen todos mis compañeros y Juste si no ha sido mejor para ellos que no se lo contara desde el primer momento, al querer yo recabar más información y contrastar los datos que se me habían facilitado. Yo actué siempre, eso sí, con absoluta fidelidad a mi general jefe.

-Fiscal: ¿Se puede decir que los únicos que conocían en la División Acorazada lo que iba a suceder eran el comandante Pardo Zancada, el general Torres Rojas y usted?

-San Martín: Sí.

-Fiscal: Entre las previsiones hechas, ¿estaba que si el general Juste no apoyaba explícita o tácitamente la operación, se encargaría del mando de la DAC el general Torres Rojas?

-San Martín: Para mí eso era absolutamente impensable.

Las dudas de San Martín

Tras un breve descanso, el coronel San Martín, a preguntas de su defensor, José María Labernia, declaró que supo el día anterior lo que iba a pasar en Madrid el 23 de febrero porque se lo comentó Pardo Zancada a su regreso de Valencia. En este sentido aseguro que tras la conversación con el comandante procesado, tuvo la absoluta certeza de que la operación estaba respaldada por el Rey.

-Labernia: ¿Tuvo dudas de que fuera a realizarse la acción y por estas dudas no se lo comunicó al general Juste?

-San Martín: Tenía muchas dudas sobre la operación.

-Labernia: ¿Trató de hablar con Armada para resolver estas dudas?

-San Martín: Efectivamente. El día 23 por la mañana, en la sede de la Brigada Paracaidista de Alcalá de Henares, donde ambos íbamos a coincidir en los actos conmemorativos de esta unidad, traté de hablar con el general Armada.

-Labernia: Si hubiera podido hablar con Armada y él le hubiera dicho que no sabía nada de la operación, ¿qué habría hecho?

-San Martín: LLamar a la División Acorazada para que Pardo Zancada comunicara esta circunstancia al teniente general Miláns del Bosch.

-Labernia: ¿Tenía sospechas de cuál iba a ser la misión del general Torres Rojas en esta operación?

-San Martín: En absoluto.

Comentó San Martín que si hubiera sabido antes del 22 de febrero lo que iba a suceder, hubiera comunicado al general Juste que no se trasladara al campo de San Gregorio, en Zaragoza, para presenciar las maniobras. Aseguró, en respuesta a una pregunta de su defensor, que si hubiera querido impedir que Juste asumiera el mando de la División Acorazada el 23-F, lo hubiera logrado fácilmente con no decirle nada y continuar viaje a Zaragoza.

No pudo contactar con Armada

En el turno de intervenciones del resto de los abogados, el defensor de Miláns, coronel Salvador Escandell, preguntó al procesado si él entendió que su patrocinado era el jefe de la operación, porque sugirió que la División Acorazada tomara Radio Nacional y Televisión Española. San Martín respondió que estaba seguro de que el mando de la operación lo tenía el jefe supremo de las Fuerzas Armadas, "que podía haber utilizado", precisó el coronel encausado, "los intermediarios que estimaba oportunos".

A instancias de Ramón Hermosilla, abogado del general Armada, volvió a declarar San Martín que apenas conocía a aquél y que trató de contactar con él, para contrastar la información que le había dado Pardo Zancada, el 23-F por la mañana, en la sede de la Brigada Paracaidista, en Alcalá de Henares. Dijo al respecto, que no pudo hacer llegar ningún mensaje a Armada para verle, ya que no pudo entrar en el mencionado acuartelamiento por no vestir la uniformidad reglamentaria.

-Fiscal: ¿Intentó después llamar al cuartel general del Ejército para contrastar la información con Armada?

-San Martín: No, porque cuando ello hubiera sido posible, ya habríamos estado de vuelta el general Juste y yo hacia Madrid.

En el uso de la palabra el abogado del general Torres Rojas, Gerardo Quintana, preguntó a San Martín si le parecía normal que la capitanía general le hubiera denegado al general Juste un permiso para viajar a la ciudad de El Ferrol, donde agonizaba un sobrino suyo. San Martín dijo que no le parecía normal.

Un mensaje controvertido

-Gerardo Quintana: ¿Piensa que la negativa a conceder ese permiso pudo ser debida a que en la capitanía general de Madrid se sabía lo que iba a pasar?.

-San Martín: Sería muy aventurado por mi parte contestar eso.

-Quintana: En el documento que usted entregó a Pardo Zancada, en la madrugada del 24 de febrero, se decía que este comandante había actuado por amor a España y fidelidad al Rey. ¿Cree que este documento estaba apoyado por don Juan Carlos?

-San Martín: No lo puedo asegurar, pero la autorización la tuvo que dar alguien caracterizado, y por el desarrollo de mi conversación con el comandante Muñoz Grandes, ayudante de su majestad, entendí que era el general Valenzuela o el propio don Juan Carlos, quien diera la autorización, porque el Rey había dicho antes, según me comunicó a mí el comandante Muñoz Grandes, que estaba dispuesto a firmar una orden por escrito para que Pardo abandonara el Congreso.

-Quintana: ¿Cree que el contenido del mensaje podía hacerse extensivo a los miembros de la Guardia Civil que ocuparon el Congreso?

En ese momento, el presidente del tribunal interrumpió el interrogatorio ya que en. su opinión no estaba probado que el Rey autorizara ese mensaje y se estaban haciendo preguntas a partir de una intuición personal del procesado.

Intervino a continuación Adolfo de Miguel, abogado de Pardo Zancada.

-Adolfo de Miguel: ¿Se preocupó Juste de comprobar con sus jefes orgánicos la constitucionalidad de la operación, o se preocupó más bien de saber si Armada estaba en la Zarzuela, como había dicho Pardo Zancada?

-San Martín: Juste se preocupó más de saber si Armada estaba en el Palacio de la Zarzuela.

-Adolfo de Miguel: ¿Podríamos decir que para Juste era prevalente lo que se le dijera de la Zarzuela, con respecto a lo que se le ordenara en capitanía general?

-San Martín: Sí, porque Juste me comentó, después de hablar con Sabino Fernández Campo, que si tuviera la certeza de que la operación la mandaba al Rey, sacaba la división a la calle.

A preguntas del defensor del teniente coronel Tejero, Angel López Montero, el coronel San Martín aseguró que los generales Miláns y Armada eran los de "más grande trayectoria monárquica".

-López Montero: Tras su conversación con Pardo Zancada en la madrugada del 22 al 23 de febrero, ¿creyó que habría capitanías generales que participarían en la operación?

-San Martín: No me quedó ninguna duda y pensé que dentro de esa operación cabía la movilización de la División Acorazada Brunete, si el general Juste lo mandaba.

-López Montero: ¿Estaba entre las instrucciones repartidas el 23 de febrero a la División Acorazada la ocupación del palacio de la Zarzuela?

-San Martín: Por supuesto que no.

A propósito del mensaje que él transmitió a Pardo Zancada cuando éste se encontraba en el Congreso, el coronel procesado aseguró nuevamente que el comandante Muñoz Grandes le confirmó desde la Zarzuela que estaba aprobado, pero que no le dijeron quien lo había autorizado. Tampoco le indicaron que hiciera extensivo ese mensaje a Tejero.

El presidente interrumpe

El presidente interrumpió al procesado, calificando su afirmación como apreciación personal, cuando el coronel San Martín, a preguntas del abogado del teniente coronel Mas, afirmó que existía una sensación de intranquilidad nacional y de intranquilidad concreta en las Fuerzas Armadas.

Intervino entonces el defensor del comandante Cortina, Rogelio García Villalonga, a cuyas preguntas respondió el coronel San Martín asegurando que, "por supuesto", los miembros de los servicios de información se han jugado la vida en acciones antiterroristas. El coronel procesado añadió que el 23 de febrero no habló ni con Cortina ni con el CESID (Centro Superior de Información de la Defensa).

El abogado del capitán Batista preguntó al interrogado si su defendido dependía de él y si se responsabilizaba de la salida de aquél, por dos veces, a la emisora La Voz de Madrid, a lo que San Martín contestó afirmativamente en ambos casos. El coronel ex jefe de estado mayor de la Acorazada añadió que la misión del capitán Batista era "exactamente igual" a las encargadas a las unidades que ocuparon Radio Popular, Televisión Española y la Casa de la Radio, cuyos jefes no están procesados.

Preguntado por el abogado del capitán Lázaro si algunos de los jefes de la División Acorazada, tras la exposición de Pardo Zancada el 23 de febrero, objetó que el teniente general Miláns no tenía ningún mando sobre la Acorazada, a lo que el procesado respondió negativamente. Añadió San Martín que ninguno de ellos se negó a cumplir las órdenes y contraórdenes dictadas por el jefe de la división ese día.

A preguntas del letrado Sanz Arribas, defensor del capitán Cid Fortea, el coronel procesado declaró que, en la noche del 23 de febrero, el general Juste mostraba una gran inquietud por la difusión del mensaje del Rey, que fue anunciado a las diez de la noche y no salió por pantalla hasta pasada la una de la madrugada.

Precisó también San Martín que, en conversación telefónica mantenida a las once y media de la noche con un comandante de los servicios de información, éste le dijo que "el general Armada salía en ese momento para hacerse cargo del poder".

A preguntas del mismo abogado, San Martín admitió que la columna de Pardo Zancada pudo salir más subrepticiamente de la división y que el mensaje que le dieron en la Zarzuela era exclusivamente para Pardo. Añadió que la respuesta que le dieron el comandante y sus capitanes en el Congreso "era la que yo esperaba" y que, a su juicio, era también "la más digna".

De nuevo el mensaje a Pardo

Tomó la palabra luego el abogado Santiago Segura, defensor del capitán Muñecas, quien preguntó al procesado si pensaba que el comandante Muñoz Grandes era persona muy cercana al Rey, a lo que San Martín contestó que 1o creía la noche del 23 de febrero y lo sigo creyendo ahora".

-Segura: ¿Creyó por tanto que el mensaje que le autorizó a llevar la Zarzuela a Pardo Zancada estaba respaldado por el Rey?

-San Martín: Lo creí yo, lo creyó también el capitán general de Madrid, e incluso el teniente general Gabeiras, jefe del Estado Mayor del Ejército, en la noche del 23 de febrero.

A preguntas del teniente coronel de Meer, abogado del capitán Dusmet, San Martín aseguró que, para él, la conducta de los capitanes que se negaron a abandonar el Congreso es la exigida por las Reales Ordenanzas. Interrogado después por el abogado del capitán Alvarez Arenas, el coronel procesado admitió que el télex difundido por el Rey debió habérsele comunicado a su defendido puesto que era jefe de unidad (cuerpo de Policía Militar de la División Acorazada).

Dijo también el procesado que, cuando regresaron a la unidad los miembros de la Acorazada que se unieron a la ocupación del Congreso, fueron recibidos bien y el propio general Juste no les reconvino.

Concluido el interrogatorio del coronel San Martín, a las dos de la tarde se levantó la sesión.

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