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GENTE

Sixten Petersson,

diputado del Partido Conservador sueco, tuvo un sorpresivo e infausto final en su carrera política cuando se denunció en la Prensa y el Parlamento, este fin de semana, que atraía jovencitas a su apartamento con fines inconfesables, bajo la inocente apariencia de un trabajo decoroso, informa Ricardo Moreno Una de las víctimas, Pia de nombre y de diecisiete años, en connivencia con una revista semanal que intercala fotografías escabrosas con notas políticas de matiz sensacionalista, armaron la trampa en la que Petersseon, de 53 años, vino a caer para su mal. Pia relató que fue abordada accidentalmente en el metro por el diputado (en Suecia los políticos viajan en metro) quien le ofreció trabajo como modelo para un supuesto amigo fotógrafo. La documentación de diputado que le mostró la decidió a aceptar una entrevista. Cuando concurrió al apartamento que los diputados tienen, cada uno de ellos, en el mismo edificio donde desempeñan su función, el fotógrafo resultó ser él mismo, y la sugerencia fue de que las fotos debían hacerse apenas con el mínimo de ropas. Hubo también, según la jovencita, otras insinuaciones que, según ella, rechazó. No obstante protemió volver y tras consultar con su madre y tomar contacto con la revista en cuestión, volvió con una pequeña grabadora dentro de su cartera y fotógrafos que documentaron, sin que el diputado lo notara, la entrada de la chica al apartamento. Esta dijo que hacía esto para preservar a otras posibles víctimas. El pasado viernes, en el Parlamento sueco, sobre todo por parte de las diputadas, se oyeron expresiones muy duras para el colega Petersson, mientras éste, solitario en su apartamento, rumiaba su amargura. Petersson había sido chófer de camiones y era el componente obrero dentro del Partido Conservador.

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