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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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¿Servirá para algo Cancún?

Emilio Menéndez del Valle

Una imagen vale más que mil palabras. La que ha publicado EL PAÍS el pasado 6 de agosto, con el título de "Los ahorros de Reagan", es inefable. Una foto que muestra al presidente de EE UU y al administrador de la Agencia para el Desarrollo Internacional sosteniendo un gigantesco cheque (dimensiones EE UU), por el que retiran de dicha agencia 2.800 millones de pesetas inicialmente previstos para ayudar a países pobres, de los que pasan hambre. Una foto que muestra perfectamente los tiempos que actualmente corren en Estados Unidos y las contradicciones en que públicamente incurren algunos de sus más aItos representantantes.Esa foto, en la que los dos personajes citados aparecen satisfechos, bien trajeados y celebrando con amplias risas el recorte de veintiocho millones de dólares recién pagados a la dignidad internacional de EE UU (hay muchos más en marcha), es lanzada al mundo al mismo tiempo que termina en Cancún (México) la reunión internacional preparatoria de la futura Conferencia Norte-Sur. Una conferencia diseñada para intentar acabar precisamente con el hambre, la injusticia y la desiáualdad en el mundo. Una conferencia de la que precisamente Estados Unidos. pretende ser uno de sus principales protagonistas, pero a la que no parece estar prestando realmente ni esfuerzo, serio ni voluntad política suficiente.

Con un poco de reflexión, de imaginación, la foto de EL PAÍS puede llegar a abrir las carnes. Patrocinar la conferencia preparatoria de Cancún, previa a la definitiva prevista en otoño, y simultáneamente dar un corte público a los países "en vías de desarrollo, transmitido a todo el orbe por teletipos, radios y televisiones, es demasiado. Sobre todo, cuando se piensa que el coste de un programa de diez años para suministrar alimentos esenciales y atender las necesidades de salud de los países a quienes se detraen esos iniciales veintiocho millones de dólares sería inferior a la miad de las inversiones militares que se hacen en el mundo en un año. Y piénsese que de los 450 millones de dólares que en 1979 se gastó el mundo en armamento, sólo a la URSS y a EE UU correspondió el 46,5%. Y téngase en cuenta que en ese mismo año (cuando estaba Carter y no Reagan en la Casa Blanca) lo que invirtieron los países índustrializados en ayuda al desarrollo (esa que ahora Reagan está empeñando en cercenar) fue de sólo 20.000 millones.

Desconfiar de las superpotencias

Ante todo esto, Cancún, ¿para qué? ¿Dequé va a servir una conferencia final en la que de los dos grandes de la Tierra, a uno, ElE UU, se le ve el plumero tan sólo con una buena foto, y el otro, URSS, dice que no quiere participar en tal conferencia porque él no ha esquilmado a Africa, Asia, Oceanía y América Latina como lo ha hecho Occidente?

Personalmente, no me fío en estos temas de la actual Administración de EE UU. Y de la actual Administración de la URSS, tampoco. Pero, por lo menos, los soviéticos han dicho claramente que no quieren sabernada del asunto. Sin embargo, nos hallamos ante una Administración norteamericana que desea quedar bien ante los países no industrializados del Sur, y dice querer trabajar contra la miseria en el mundo, esto es, para salvaguardar la paz.

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Una Administración uno de cuyos miembros, el ministro de Asuntos Exteriores, Alexander Haig, declaraba a primeros de año al Senado de su país que "hay cosas más importantes que la paz por las que los norteamericanos estamos dispuestos a luchar". Una Administración cuya embajadora ante la ONU, Jeane Kirkpatrick, acaba de manifestar que referirse a los miles de Argentinos desaparecidos "supondría una violación de los principios básicos de la diplomacia" (¡qué concepto de la diplomacia! y que países como Argentina, Chile o Uruguay poseen más elementos de constitucionalismo" que muchos otros. ¡Buen concepto del constitucionalismo!. Todo parece indicar que, para la actual Administración en Washington, Cancún, sí, siempre que no comprometa demasiado. Si en esta Conferencia Norte-Sur o en cualquier otra inmediata y urgente no se coge al toro definitivamente por los cuernos y se comienza a poner coto al hambre y a la miseria que padece la mayoría de la población mundial, el futuro de nuestra humanidad, que ya es un futuro amenazado, entrará en una vía sin retorno. Es perentorio reflexionar sobre el hecho de que en el año 2000 la Tierra estará superurbanizada y probablemente superpoblada (de los casi 4.500 millones de seres de hoy pasaremos a 6.500 millones tan sólo en veinte años). Si no se detiene el caos economico internapioinal actual, la confrontación sera inevitable en el siglo XXI. Esta afirmación se aleja de cualquier relato de ficción científica en cuanto se rememoran las condiciones actuales, sociales, económicas, demográficas, políticas, de nuestro planeta. He aquí un breve recodatorio, extraído de las conclusiones del informe de la denominada Cornisión Independiente sobre Problemas Internacionales del Desarrollo (Comisión Norte-Sur), presidida por Willy Brand:

Pasa hambre el 163% de la población asiática, el 61 % de la de africana, el 36% de la latinoamericana y el 33% de la del Oriente Próximo. Anualmente mueren de hambre unos doce millones de niños, y es imposible determinar cuántos adultos fallecen por la. misma razón.

Una imagen hiriente

Ante esta catástrofe inaudita, la foto de Reagan que hemos comentado es hiriente para la inmensa mayoría de la humanidad. Hiriente para cualquier persona con un mínimo de sensibilidad. Como lo es el pensar que a pesar de que hay productos sufientes para erradicar el hambre en todo el mundo ello no se produce porque:

- Muchos países pobres no tienen los recursos necesarios para importar los alimentos indíspensables para crear o racionalizar su propia producción de alimentos.

- La desigualdad social existente en numerosos países subdesarrollados impide a amplios sectores de la población comprar los alimentos, aunque éstos existan.

- Numerosos pa Íses no cuentan con la infraestructura adecuada (carreteras, 'ferrocarriles, puertos, aeropuertos) para prestar la ayuda oportuna en caso de catástrofes (frecuentes en el Tercer Mundo). En los países altamente industrializados, algunos productos alimenticios se destruyen o se utilizan inadecuadamente en procesos industriales.

En resumidas cuentas, mientras que los países industrializados del Norte, que comprenden únicamente el 25% de la población mundial, disponen del 80% del total de los ingresos mundiales, los países subdesarrollados del Sur, con una población del 75% del total mundial, ingresan tan sólo el 20% restante. O si se prefiere, de una manera aún más gráfica para nuestros gustos desarrollados: el consumo de energía de un solo habitante del poderoso país, cuyo presidente, Ronald Reagan, aparece orondo con un cheque de veintiocho millones de dólares sisados a los paísei subdesarrollados, es equivalente al consumo de: 2 alemanes o australianos, 3 suizos o japoneses, 6 yugoslavos, 9 mexicanos o cubanos, 19 malayos, 53 indios o indonesios, 109 ceilaneses (Sri Lanka), 438 malienses, 1.072 nepaleses... . A buen entendedor... ¿Servirá para algo Cancún?

Emilio Menéndez del Valle es experto de relaciones exteriores del PSOE

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