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El golpe de Estado

El Senado mantuvo la legitimidad de la representación popular

El Senado mantuvo a lo largo de la noche de ayer, permanentemente constituido, la legitimidad de la representación popular mientras los diputados permanecían secuestrados. Cerca de veinte senadores estuvieron toda la noche dentro del Congreso, también en calidad de secuestrados. En la mañana de ayer, cuando aún no había terminado el secuestro, un pleno improvisado del Senado emitió un comunicado en el que, entre otras cosas, expresa su reconocimiento del papel desempeñado por la mayoría de las Fuerzas Armadas y fuerzas de seguridad del Estado.Cuando ya se había producido el asalto al Congreso aún permanecía celebrándose una reunión parlamentaria, la última normal. Se trataba de la Comisión Especial de Emigración. Sobre las siete de la tarde, el presidente de la comisión, Cándido Sánchez Castiñeiras, fue informado de la situación, pero calló la información hasta que terminó la reunión. Al conocerse los hechos, el letrado que asistía dijo que «Dios quiera que este (la reunión) no sea el último acto democrático que se celebra en España».

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A las ocho de la tarde se constituyó en el Senado una mesa en funciones, formada por los centristas Emilio Casals, secretario segundo de la Cámara, y Carlos Calatayud, junto a la socialista Amalia Miranzo, secretaria tercera. Casals ejercía de presidente en funciones. Esta mesa fue la que emitió, sobre la una de la madrugada, una nota asumiendo la representación parlamentaria del pueblo.

Como representación del Senado, esta Mesa fue llamada al Ministerio del Interior para participar en las gestiones que se realizaban junto a los subsecretarios y secretarios de Estado, constituidos en Gobierno y los representantes de los partidos políticos. A las siete de la mañana volvieron al Senado.

Antes de ello, habían comenzado a convocar al resto de los senadores para la mañana, por radio.

En el Congreso permanecían unos veinte senadores, entre ellos el presidente, Cecilio Valverde; el vicepresidente primero, Juan Carlos Guerra, y el secretario primero, José Luis López Henares, que, aunque se encontraban en la tribuna de público, fueron conducidos por propia voluntad junto a los diputados.

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Otros senadores cautivos eran Emilio Zamarriego, Luciano Sánchez Reus, Julio Nieves, Francisco Ruiz Risueño, Luis Miguel Enciso, David Pérez Puga, Ernesto Fenollosa, José Prat, Miguel Cobo, Rogello Borrás, Manuel Broseta, Pedro Valdecantos, Antón Cañellas, Alfonso Soriano y José María García Rollo. Este sufrió un ataque cardiaco.

Sobre las diez de la mañana se constituyeron formalmente en Pleno unos cuarenta senadores. A esta reunión acudieron los secuestrados, tras la liberación. El Pleno emitió un comunicado en el que expresaba su firme voluntad de defender la Constitución, su adhesión a la Corona y su reconocimiento del papel desempeñado por las instituciones, así como por la mayoría de las Fuerzas Armadas y de seguridad, esto último a propuesta del socialista Fernando Baeza.

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