Apoyo a la legalidad constitucional
Francia entera vivió minuto a minuto la tentativa golpista, que ayer cubría las primeras páginas de todos los medios de información. El presidente Valery Giscard d'Estaing, como se lo expresó al rey Juan Carlos en una conversación telefónica mantenida el lunes, expresó su apoyo a la legalidad constitucional. En términos semejantes se manifestaron los partidos políticos, y el interés por el mantenimiento de la democracia en España articulaba todos los comentarios en la Prensa y en la calle. «La consolidación de la autoridad del Rey», tal como titulaba a cuatro páginas el vespertino independiente Le Monde, en primera página, era corroborada por todos los analistas galos.Durante veinticuatro horas, los franceses han seguido como suya la que consideran «la primera gran prueba a la democracia española». En los lugares públicos, por teléfono, en reuniones, España ha vuelto a ocupar, de manera preocupante, el centro de la atención de los franceses. Emisiones especiales de la radio y la televisión fueron interrumpidas o suprimidas para vivir la dramática situación que se desarrollaba en el Congreso madrileño. Los partidos políticos y sindicatos (sólo los comunistas han sido más remisos, por entender que su problema son las próximas elecciones presidenciales) hicieron declaraciones públicas en favor de la democracia. El ministro de Exteriores, Jean-François Poncet, desde Nueva York, en donde se encuentra en estos momentos, valoró como «dramático el que quede en entredicho el proceso democrático tan bien conducido por el rey Juan Carlos».
Todos los observadores resaltan el papel decisivo del Rey en esta crisis, pero igualmente se interrogan por «la profundidad y amplitud de las posibles; ramificaciones». Esta cuestión también se la plantean los medios oficiales, según nos indicó ayer una fuente solvente de Exteriores. Sobre la cuestión, el embajador de España en Francia, Miguel Solano, insistió en las pantallas de la televisión francesa en la fidelidad de las Fuerzas Armadas «a la legalidad y a la Constitución».
