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Debate de la cuestión de confianza

Felipe González afirma que la crisis económica se descargará sobre los más débiles

Felipe González, en su turno como representante del Grupo Socialista, criticó la iniciativa del Gobierno al pedir la confianza, y le acusó de no haber planteado sinceramente los problemas para que entre todos se busquen las soluciones. También afirmó que la crisis económica se va a descargar sobre los más débiles y, respecto a la iniciativa sobre la autonomía andaluza, sostuvo que, como poco, violenta la Constitución.El líder socialista comenzó advirtiendo que «vamos a asumir nuestro papel de oposición responsable, crítica y constructiva. Cuando se habla de España, parece que se hace de un país dividido en parcelas, que no es lo mismo que el Estado de las autonomías. Parece que no se habla de España, sino de otra cosa, y yo voy a hablar de España, porque ningún pueblo puede funcionar por parcelas. Sé que me pueden interpretar mal y usar esto en unas elecciones, pero quiero pensar más en el legado que le dejemos al futuro que no en unas elecciones».

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«Cualquier ciudadano reaccionaría ante una cuestión de confianza con estas tres preguntas: en qué consiste, por qué se presenta y para qué se presenta. Esto no se ha explicado. El porqué es que hubo una moción de censura poco después de haber sido renovado el Gobierno. Parece que éste había sentido perder la confianza de la Cámara y la sociedad, y ahora se trata de recuperarla. Se ha respondido también con un cambio en el Gobierno, que habría que haber aclarado, porque, de otro modo, se crea inseguridad, y para despejar ésta es preciso algo más que una operación de imagen, aunque haya sido bien acogida por la Prensa».

«El Gobierno tendría que reconocer que la política económica no ha ido bien. La responsabilidad es de todo el Gobierno, y por eso, aunque pueda parecer que tenemos intenciones sesgadas al invitar a Suárez a que suba a la tribuna, no lo hacemos para ponerle en un aprieto, sino para que explique la política general, porque esa es su responsabilidad».

«Esta falta de explicaciones es ya una primera razón de que han pedido mal la confianza. Deberían haber presentado un programa, y en función de él, hacer el Gobierno, y lo han hecho al revés: han hecho un programa según el grado de consenso alcanzado en el Gobierno. Y también lo han hecho antes de tener asegurada la mayoría parlamentaria y, a partir de ella, la mayoría social. No tienen ésta porque los votos populares que va a tener el Gobierno serán menos que los que no va a tener».

«Tendrían que hacer una política hacia más amplios sectores del país. Sin embargo, en el grado de desarticulación social que tenemos solamente una indicación sobre limitación de salarios va a hacer que multitud de empresas se descuelguen de la responsabilidad de negociar».

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«También lo han hecho mal en el para qué la confianza. El Gobierno tenía problemas y para resolverlos se ha hecho un cambio, pero se está en la duda si es un cambio o qué es, y si hay o no hay programa o algo así como una filosofía económica. Además no tienen la confianza sobre los temas de política exterior y seguridad ciudadana, aun reconociendo que están íntimamente ligados con los demás. No hay, pues, una confianza a la política general.

«En el aspecto económico no es cierto que la causa de la crisis sea sólo la energía, porque también lo es la falta de adecuación de la política a los problemas. Se pone como objetivo el paro, y como instrumento la inversión, y en ello estamos de acuerdo».

«Se les puede pedir sacrificios a los españoles, pero sólo si se les promete redistribuirlo en mejoras sociales. Sin embargo, todo el mundo se ha quedado con que los salarios van a crecer menos que el coste de la vida».

«En cuanto a la autonomía querríamos que fuera cierto que los estatutos funcionarán dentro de un absoluto respeto a los mismos y a la Constitución. En el tema de Galicia se ha quedado una rectificación política que puede tener importancia si se cumple».

«En cuanto a Andalucía, no creo que se haya rectificado y, si se ha hecho, ha sido mal y sin garantías. En este problema habría que partir de dos principios: respeto a la soberanía del pueblo andaluz para decidir su futuro autonómico, que ya lo ha hecho por la vía del artículo 151, y respeto a la Constitución. No es cierto que con la vía del 144 se pueda llegar a las competencias que da el procedimiento del artículo 151. El mismo presidente del Gobierno decía, en mayo, que no creía que se aplicase aquel artículo porque suponía un recorte al derecho dispositivo en materia autonómica».

«Efectivamente, es un recorte y además, cuando menos, violenta la Constitución, y esto no se puede hacer en nombre de los intereses del pueblo andaluz. Sin embargo, no sería violencia para la Constitución modificar la ley de Referéndum. Si se ha reconocido que hubo un error ¿por qué no hacen las cosas con seriedad hasta sus últimas consecuencias?».

Réplica del presidente

El presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, subió a la tribuna para replicar a Felipe González Insistió, con numerosas cifras, en que no es cierto que la crisis se haga caer sobre los más débiles, y en el aspecto autonómico afirmó: «Ratifico, como presidente, las declaraciones que ha hecho aquí el Gobierno sobre Andalucía y Galicia, así como la intención general sobre el desarrollo de las autonomías».

«Evidentemente, el presidente del Gobierno dirige y coordina su acción y carga con la máxima responsabilidad. Hemos cambiado el Gobierno para hacer frente a la situación existente, y hemos pedido la confianza sobre algunos problemas concretos de ella porrazones de urgencia, sin que dejemos de tener esa sensación de globalidad de que habla el señor González. No huimos debates sobre la política exterior, la seguridad ciudadana ni ningún tema, sino que no los consideramos convenientes ahora».

«Es una aseveración, cuando menos arriesgada, decir que las medidas económicas van contra los más débiles. Se olvida que todos los españoles han hecho un gran esfuerzo con la reforma fiscal, cuyo sentido progresivo ha alterado profundamente el sistema impositivo español, cambiando radicalmente la dirección de la presión fiscal como no se ha hecho en ningún otro país latino, merced al impuesto sobre la renta, y controlando la defraudación con el impuesto sobre el patrimonio».

«También se olvida que las transferencias para prestaciones sociales percibidas por las clases con menor renta se han multiplicado varias veces desde 1974 a 1979. Son muy claros los efectos de la redistribución fiscal hacia las clases menos favorecidas».

«Hay que contar asimismo con los muchos españoles cuyos ahorros se han visto afectados por la caída de los valores bursátiles. Entre tanto, los salarios reales han crecido más que la renta nacional y en proporción mayor que en ningún otro país europeo: entre 1974 y 1977, la renta subió el 21,2% y los salarios, el 23,3%. Entre 1974 y 1979, los salarios han pasado del 60,09% al 53,7% de participación en la renta nacional, y eso que ha descendido la masa de población asalariada».

«No soy partidario de los ataques personales descalificadores, porque mi responsabilidad es que al menos parezca que entre todos estamos construyendo el Estado. No es, a mi juicio, oposición leal exigir constantemente al Gobierno que cumpla todos los objetivos que se ha trazado para cuatro años

Tres etapas de Gobierno

«Desde que soy presidente he tenido tres etapas de Gobierno. En la primera, hasta las primeras elecciones democráticas, se consiguió lo previsto, a pesar de la oposición socialista a mis planes. Después se planteó y se hizo la Constitución, convocamos elecciones, y UCD volvió a ganarlas. Después se ha realizado una obra legislativa impresionante para el tiempo transcurrido, y en las autonomías hemos sentado las bases para zanjar dos pleitos históricos, que ya es algo».

«En el terreno económico, hasta la reciente subida del petróleo, los éxitos económicos habían sido muy positivos, como lo habían reconocido el Fondo Monetario Internacional y la OCDE, pero después la situación se ha agravado».

«Los socialistas muchas veces buscan el enfrentamiento personal en lugar de la discusión lógica, y han colocado la acción de gobierno en un callejón sin salida. Admito que les irrite mi persona menos, que les irrite UCD, pero lo que es inadmisible es que nos acusen de todos los males de la Tierra, porque han pasado los tiempos en que todo era culpa del Gobierno. También el primer partido de la oposición tiene sus responsabilidades. Hagan ustedes un esfuerzo de autocrítica, como hemos hecho nosotros».

«No voy a esperar, señor González, su voto ni su credibilidad, porque nunca los he tenido ni los he pedido; ni usted nunca

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tendrá los míos, sencillamente porque, por voluntad del pueblo, yo estoy en el Gobierno, y usted, en la oposición».

Felipe González subió de nuevo a la tribuna de oradores para replicar a la intervención del presidente del Gobierno, y en un tono visiblemente molesto manifestó: «No he utilizado la palabra credibilidad en ningún momento de mi intervención y usted no ha dejado de aludirla porque ha leído los papeles y pensaba que iba a mencionar esa palabra y no lo he hecho, ¡y ya está bien! Hay que responder a lo que se pregunta».

«Sus palabras no han sido una respuesta a lo que he estado diciendo, sino a lo que usted pensaba que iba a decir. Yo le pregunto que me responda usted concretamente: ¿se va a continuar con el plan económico del Gobierno?».

«Antes el señor Roca ha relatado cómo hemos votado muchas leyes coincidiendo con el partido del Gobierno. Se ha equivocado de respuesta. Usted ha dicho que no se me entendía y la gente normalmente por la calle dice que me entiende cuando hablo aquí».

«¿Sigue vigente el PEG? La caída del empleo con el PEG es de 400.000 puestos de trabajo por año. El desempleo agrario ha aumentado en más de 100.000 personas. El paro juvenil ha aumentado en un año casi un cuarto de millón. Esa juventud que no trabaja, que se suma a los setecientos y pico mil jóvenes que necesitan el primer empleo, pagan la crisis mucho más que cualquiera».

«El desequilibrio regional está tendiendo a aumentar. Mi obligación es hacer la crítica del Gobierno y hacerla sin descalificaciones personales. No ha contestado a mis preguntas».

"González cae en lo que critica"

Inmediatamente después, el presidente del Gobierno tomó la palabra para responder al secretario general socialista. «Me parece que el señor González ha caído en lo que me criticaba. Ha aprovechado su última intervención para leer lo que no les dio tiempo anteriormente (susurros en los escaños socialistas). Usted ciertamente no ha empleado la palabra credibilidad, pero sí la palabra confianza. Voy a dar respuesta a las preguntas que usted me ha planteado. El PEG sigue vigente. El plan económico del Gobierno necesita y recibirá los ajustes necesarios tras la segunda crisis energética».

«El Plan de Urgencia para Andalucía y el Plan para Extremadura le aseguro que se llevará adelante y en la medida que puedan encajar en los planteamientos macroeconómicos. Creo que el PUA, que no hemos tenido tiempo de estudiarlo, es perfectamente asumible».

«El Gobierno va a ser firme en el cumplimiento de sus objetivos. He querido dejar esto claro ante la opinión pública. Por tanto, lo que haya podido existir de mala interpretación en las palabras por mí pronunciadas lo lamento, pero este Gobierno tiene credibilidad para seguir gobernando este país hasta 1983 ».

Nuevamente, Felipe González respondió al presidente del Gobierno. «No tengo intención de sentarme en un Gobierno de coalición con usted. No tengo interés en dirigir un Gobierno mientras los ciudadanos de este país o esta Cámara así lo decidan. Quiero pedirle al señor Suárez que salga de la Moncloa y que se acerque más a la realidad viva del país, porque será bueno para la democracia».

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