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El Gobierno solicita la confianza del Congreso

Fraga afirma que el Gabinete ofrece un "nuevo parche"

El portavoz de Coalición Democrática, Manuel Fraga, inició su parlamento diciendo: «La desnudez de las soluciones, ante la profundidad de los problemas, es patente; la voluntad de improvisar, una vez más, un ilusionismo que nos engañe al respecto es notoria; la improvisación de una maniobra, que intenta presentar este Gobierno como capaz de cambiar el rumbo, a partir de las mismas personas y las mismas vaguedades, es indiscutible, y la falta de credibilidad de los programas así aventurados no tiene duda. Por ello carece de todo sentido la petición actual de confianza».

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«Es claro que las cosas podían ir bien de haberse planteado de otra manera. Los debates de junio habían dejado claro que los gastados equipos de UCD ya no podían ofrecer una solución de recambio y que había que hacer otra cosa. Pero, una vez más, los intereses de partido han prevalecido sobre el interés nacional. Nosotros no habíamos planteado intereses de partido, y yo, en particular, me había excluido de toda participación personal en cualquier solución que se considerase, justamente para dejar claro que aquí sólo tratábamos de defender a España y al conjunto de los españoles».«Pero no hay mal que por bien no venga. A medida que las cosas se van, por desgracia, deteriorando, más claro se va poniendo que es necesario un gran movimiento de opinión, una amplia acción ciudadana, una decisión general de participación que fuerce un cambio de rumbo y de piloto. Nadie debe engañarse: los españoles tienen que salvarse a sí mismos; nadie lo va a hacer por ellos».

«El precio de la libertad es una eterna vigilancia, y hoy nos toca ejercitar la desconfianza en defensa del pueblo. Un pueblo que debe saber que tiene escasas esperanzas de ser gobernado, y, por lo mismo, de que sus problemas se resuelvan mientras la única preocupación de sus dirigentes sea la de permanecer, a cualquier precio, sin actuar, sin mojarse y sin administrar».

«Hemos oído el acostumbrado discurso del señor Suárez. Hay en él de todo, como en botica; lo que no existe es un tratamiento serio y claro de ninguna cuestión. Hay aspirina, penicilina, cibalgina y toda la farmacopea, pero no unas dosificaciones concretas y unas previsiones claras. El señor Suárez lleva cuatro años instalado en la crisis, oyendo como el que oye llover lo que le hemos dicho reiteradamente sobre el crecimiento insensato del gasto público y todas las demás cuestiones, y ahora no nos podemos creer que vaya a hacer lo que no hizo antes».

«En cuanto al desarrollo constitucional y el sistema de libertades, celebramos conocer algún atisbo del nuevo calendario legislativo del Gobierno, y esperamos que se cumpla mejor que los anteriores. Lo que no se puede es tejer y destejer constantemente, como la famosa tela de Penélope, El pueblo sabe por experiencia y por instinto que la libertad es un estado real de la sociedad, y en el que se circula sin miedo, se habla con tranquilidad, se tiene el amparo de la ley y de la opinión, no se está oprimido por unos y por otros. ¿Quién se siente hoy en libertad de hablar en España o de conversar con un guardia civil en el País Vasco?»

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En cuanto a los problemas de las autonomías, todos sabemos que aquí se toca uno de los temas más difíciles de la ordenación institucional del Estado; el discurso de Suárez del pasado mes de marzo nos anunció, con asombro y rechazo generalizado, que el Gobierno iba a proceder a una segunda lectura del título VIII de la Constitución. No se trataba de un trámite legislativo, por el famoso sistema inglés de la triple lectura; se trataba de una de las más paladinas aceptaciones de que se había escrito uno de los títulos más importantes de la Constitución, sin haberlo entendido. Nosotros aceptamos el principio de autonomía, pero con toda claridad, para hacer mejor a España, no para deshacer la Autonomía, sí, pero de verdad y a todos los niveles.

«Los españoles deben saber que la nueva andadura del coche gubernamental es la de un locomóvil, que, como la señorita de hierro de la película, se obstina en seguir corriendo hasta que te explote la caldera, y que va además sobrecargado por la hipoteca de unos pactos que no se han explicado aquí y que se deberían explicar. El pueblo español tiene derecho a conocer sobre qué bases se han hecho estos pactos».

«A España se le ofrece hoy un nuevo parche. Se merecía mucho más. Se merecía una confianza, una ilusión, una renovada esperanza. Lo que se te ofrece no es alguien capaz de un alto liderazgo, de elevadas miras de futuro, de grandes empresas históricas, sino un saldo de ambiciones menores y de entremeses de fonda barata».

Desde su puesto en el banco azul, Suárez hizo uso de la palabra para replicar a Fraga. «El señor Fraga ha afirmado que los discursos pronunciados aquí por el presidente del Gobierno y los miembros de su Gabinete son siempre los mismos, y eso no es verdad. No vamos a relatar las realizaciones a que ha contribuido Unión de Centro Democrático. Yo también podría decirle a él que sus discursos siempre han sido los mismos y ha mantenido la misma actitud. El entiende que gobernar bien es elegirle a él, que se lo diga el pueblo español».

A estas palabras Fraga respondió citando a Rubén Darío, y manifestó: «De lo que ha dicho el señor Suárez solamente he entendido que piensa ganar las próximas elecciones. Yo espero que no sea así, por el bien de España».

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